Los dos principales grupos de bonistas externos que tienen deuda argentina apuraron ayer al presidente Alberto Fernández para que tome la decisión política de estirarse un poco más en su oferta de reestructuración y sellar un acuerdo en forma urgente.
La presión vino desde el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos (Ad Hoc Bondholder Group) y el Grupo de Titulares de Bonos de Canje de Argentina. En ellos hay grandes fondos de inversión como BlackRock y Fidelity, dos de los seis con mayores tenencias de deuda argentina.
Después de presentarle una contraoferta al Gobierno en la noche del jueves, ayer emitieron un comunicado en el que detallan que si el Gobierno acepta su oferta, la Argentina tendrá un alivio en el flujo de caja de 23.800 millones de dólares en el período 2020-2023, exactamente el tiempo que Fernández estará al frente del Poder Ejecutivo, y de 36.000 millones de dólares durante nueve años.
"Alentamos al gobierno argentino a actuar ahora y comprometerse con nuestra nueva propuesta que ya cuenta con el apoyo de los dos grupos de tenedores de bonos más grandes de Argentina", instaron los fondos.
Ayer el único que habló fue el secretario de Política Económica, Haroldo Montagu, quien aseguró que no "sirve de nada" un acuerdo con los acreedores que "después no se pueda cumplir". Afirmó que desde que se inició la renegociación, el ministro de Economía, Martín Guzmán siempre menciona "la sostenibilidad". Y afirmó que no se claudicará en eso.
El mercado sigue apostando claramente por un acuerdo. Ayer los bonos en dólares (que forman parte de la reestructuración) subieron hasta 7,3% en la jornada y cerraron mayo con un alza mensual de hasta 45,2%. Un movimiento impensado dos o tres meses atrás.
Guzmán cede un poco
Ante la dureza de los poderosos fondos de inversión, el ministro de Economía, Martín Guzmán, tuvo que ceder y les acercó una nueva propuesta de reestructuración.
Esa revisión incluye pagos desde 2022, por lo que acorta en un año el plazo de gracia de tres años inicialmente previsto. La idea original que tenía el Gobierno en el verano y no se materializó era de cuatro años.
El economista Axel Cardin observa en la nueva propuesta una menor quita de capital al 2030, adelanto de pagos y vencimientos de algunos bonos. Asimismo, hay suba de cupones y reconocimiento de intereses corridos en un bono al 2034 que paga 1% anual.
Además, se incorpora un menú de nuevos bonos en dólares y en euros. Esos nuevos papeles que ofrece el ministerio de Economía tienen vencimientos en 2030, 2035, 2038, 2042 y 2046. Los anteriores operaban con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047.
El valor presente, clave
Al principio, el mercado le asignó un valor presente neto (VPN) de unos 35 dólares por cada 100 dólares de valor nominal de los bonos a canjear. Ahora, el estudio EcoGo hizo unas proyecciones sobre la nueva propuesta: teniendo en cuenta una tasa de descuento (exit yield) del 10%, el VPN de la oferta subió u 25% promedio.
Esto es: se elevó a 47,3 centavos por dólar a los bonos con vencimiento en 2030; los papeles ofrecidos con vencimiento previsto para 2035 suben a 45,6 centavos por dólar; el VPN de los bonos a 2046 asciende a 45,5; para los que vencen en 2038, avanza a 50,1%; y para los 2042, a 46,5.
Delphos Investment, consultora y asesora en economía y finanzas, hizo sus cálculos que arroja que la propuesta mejorada que Guzmán hizo a los bonistas tiene un valor promedio de entre 46 y 48 dólares por cada 100 de valor nominal.
La banca estadounidense Morgan Stanley publicó un análisis en el que señala: "Todavía se necesita más trabajo, pero las dos partes se están acercando". Y calculó un VPN de 41,5 centavos por dólar, en comparación con los 33 centavos de la oferta original.
Para Cardin, en promedio de VPN de la nueva oferta es de unos 46,92 dólares si se tiene en cuenta una tasa de descuento del 10%.