El hombre acusado de haber asesinado a cuchilladas a su ex pareja, delante de sus hijos, en el partido bonaerense de Pilar, fue detenido en las últimas horas.
Se trata de Brian Ezequiel Montenegro, de 32 años, quien fue apresado cuando regresaba a su casa, en la localidad de Villa Astolfi.
Fuentes policiales informaron que el operativo fue concretado por personal de la Coordinación Departamental de Investigaciones (CDI) de Pilar.
El hecho fue cometido en la noche del domingo, alrededor de las 21, en una casa ubicada en la esquina de las calles 20 de Junio y José María Díaz del barrio Manzone.
El hombre, según las fuentes, entró por el techo y apuñaló a su ex mujer, Débora Natalí Díaz, de 28 años.
Todo ocurrió en presencia de los hijos de una pareja anterior de la mujer, de 7 y 12 años, en tanto que también estaba el bebé de 14 meses que la víctima tuvo con el atacante.
La joven alcanzó a salir de la casa en busca de ayuda, pero murió desangrada antes de la llegada de la ambulancia.
El sospechoso tenía una orden de restricción de acercamiento de hogar a raíz de episodios de violencia con su ex pareja.
En el hecho intervino la fiscal Carolina Carballido Calatayud, a cargo de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Conexos a la Violencia de Género, de Pilar.
El caso
El abogado Gustavo Alvarez reveló que la familia de la víctima, a la que representa legalmente, le aseguró que alguien había llamado a la Policía para advertir la presencia de este hombre en inmediaciones del lugar del hecho, pero que nadie actuó en consecuencia para tratar de evitar el asesinato.
Este es el octavo femicidio que se conoce en los últimos 15 días en distintas ciudades del país, de acuerdo a un relevamiento.
El caso comenzó cerca de las 20 de ayer cuando Brian Ezequiel Montenegro (32) , llegó a la casa de su ex mujer, Díaz, a pesar de tener una restricción de acercamiento desde el 28 de diciembre último.
Según los investigadores, la mujer, quien tenía sus dos primeros hijos con otra pareja y el más chico con Montenegro, lo había denunciado tras las reiteradas golpizas a la que la sometía y la Justicia de Pilar había ordenado una exclusión de hogar y una restricción perimetral.
A pesar de esto, el hombre logró ingresar el domingo a la anoche por la fuerza en la casa e increpó a Díaz, a quien encerró a los empujones en una de las habitaciones, donde supuestamente en medio de un ataque de celos comenzó a atacarla con un cuchillo en el tórax y en la espalda.
El niño de once años fue quien le pudo contar a alguno de los vecinos que el hombre le recriminaba a Díaz que había comenzado a trabajar, dijeron los investigadores.
Tras el ataque, Montenegro huyó de la vivienda, y la víctima, herida, logró salir de su casa junto a sus tres hijos para pedir ayuda, pero se desvaneció en la puerta ante la mirada de los niños.
Los vecinos la auxiliaron y llamaron inmediatamente a la policía y a una ambulancia. Pocos minutos después llegó personal del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de Pilar, pero la mujer falleció en el lugar, antes de que arribaran los médicos en una ambulancia que, según las fuentes, demoró más de media hora.
Los investigadores policiales que ingresaron a la vivienda hallaron un cuchillo tirado en un patio, el cual fue secuestrado y será peritado para intentar establecer si se trata del arma utilizada para asesinar a la joven.
Respecto del momento del hecho, Paola Díaz, hermana de la víctima, relató que el hijo mayor de ésta enfrentó a Montenegro y le gritaba "dejá a mi mamá, dejá a mi mamá", y salió corriendo a la casa de su abuela para pedir ayuda, pero la mujer "es muy viejita y no pudo hacer nada".
Paola precisó que tras cometer el femicidio Montenegro recurrió a su familia, la que se lo llevó en una camioneta tapado.
Los investigadores de la DDI de Pilar lograron establecer en base al relato de testigos y familiares de la víctima que, a pesar de la prohibición de acercamiento, el hombre habitualmente pasaba por la casa de su ex mujer y la agredía verbalmente.
Paola contó luego a los pesquisas que, horas antes del crimen, se cruzó con Montenegro caminando por la calle, con una botella de vino en la mano, y le dijo que iba a matar a su ex pareja. "El venía caminando y yo venía también. Primero empezó a pedirme perdón por un caso que había pasado tiempo atrás, porque él me rompió la cabeza a mí con una manopla.
Yo le decía 'bueno ya está', no quería seguir hablando", relató la mujer. "'Me quiero morir', me decía.
Y de golpe empezó a decirme 'la voy a matar a tu hermana, la voy a matar'. Eran las siete u ocho de ayer. Yo le decía 'no le hagas daño, ella tiene hijos, pensá en tu hijo que tenés con ella', y el me decía 'no me importa nada, la mato a ella y después me mato yo'", agregó.
En tanto Miriam, una tía de la víctima, reveló que ésta trabajaba para mantener a Montenegro y que hasta le pagaba las bebidas y las drogas que consumía.
Aseveró que incluso el hombre le había robado a Débora 4.000 pesos que había ahorrado con el fin de construirle una habitación de material para sus hijos, ya que su humilde casa era de madera.
Respecto a la llamada telefónica que pudo haber evitado el femicidio, el abogado Alvarez dijo a la prensa que el dato se lo dio la madre de la víctima.
"Sé que es a personal policial, pero desconozco si es a la Comisaría de la Mujer o al nueve once", reconoció el letrado, y añadió que "lamentablemente no se llegó a tiempo para tomar medidas y ejecutar la restricción que estaba proveída por el juez".
El profesional concluyó que "de comprobarse que hubo una llamada pidiendo auxilio sería mucho más doloroso y lamentable de lo que ya está padeciendo la sociedad".