"Fénix, Fachita o Fueguito", así llamaban los vecinos de calle Azcuénaga, en Guaymallén, al perro que murió luego de que Ricardo Manson lo prendiera fuego. El hombre fue imputado por el hecho y, luego de escraches y varios procedimientos judiciales, fue detenido esta mañana porque se desconocía su paradero. Sin embargo, el acusado pagó la fianza y volvió a la libertad.
La policía logró encontrar esta mañana a Manson y lo trasladó a una dependencia policial en calle Olascoaga. La acción de la fuerza pública fue requerida la semana pasada por los abogados querellantes de la Sociedad Mendocina Protectora de Animales, Sergio Carreño y Ulises Morales, quienes habían presentado el jueves un escrito ante la Justicia exigiendo que Manson quedara detenido.
El hombre había sido declarado "peligroso para sí y para terceros", luego de una pericia solicitada por la misma ONG y realizada por los médicos Alfredo Crocco y Mathus.
Este resultado llevó a la justicia a exigir que Mansón se presentara todos los meses en el hospital psiquiátrico El Sauce y semanalmente en la justicia. Pero esto conllevaba cumplir con un domicilio cierto donde el imputado pudiera ser notificado y encontrado. El imputado violó esta norma de conducta y desapareció del departamento que habitaba en Guaymallén, es por eso que se solicitó su detención.
Hoy, el fiscal de instrucción Gonzalo Marzal hizo lugar al pedido y los uniformados lo hallaron y lo aprehendieron.
De todas maneras, Mansón abonó 15 mil pesos de fianza estipulada por el fiscal y retomó su vida en libertad, contó Ulises Morales a Los Andes.
Días atrás, en las pericias se informó que Mansón tiene un “inadecuado manejo de sus impulsos”, por lo que “debe ser considerado peligroso para sí y para terceros".
Por esta razón, los letrados y los animalistas seguirán de cerca al imputado para que cumplña con el tratamiento psiquipatrico y psicológico que impuso la Justicia.
Ahora, procesalmente, la suerte de Manson quedará definida cuando se dictamine el día que se llevará a cabo el juicio en su contra por quemar y matar al can.
Crueldad extrema
El perrito, apodado “Fénix, Fachita y Fueguito”, tenía más del 60% del cuerpo quemado y estaba deshidratado.
“Lamentablemente sufrió un paro y no logró sobrevivir”, dijo Eliana Rainieri, la veterinaria que asistió al cachorro tras la agresión.
“Hicimos todo lo posible por reanimarlo, pero perdió mucha piel y fue imposible recuperarlo”, se lamentó la mujer, quien agradeció a los vecinos que lo rescataron y colaboraron para que pudiera vivir.
“Los vecinos nos acercaron cremas, analgésicos, aloe vera. Estuvieron siempre cooperando, por eso muchas gracias por la ayuda y sobre todo por denunciar el hecho”, contó en su momento Rainieri.
El ataque ocurrió en una vivienda ubicada en calle Azcuénaga al 2.200 de San Francisco del Monte. Allí vivía el agresor. Pero se fue, quiso eludir a la justicia y hoy terminó detenido.