Ciudad de México. La lista de acusaciones por corrupción y abuso de poder en contra del exsecretario de Seguridad Genaro García Luna, de 51 años, era tan larga que, para algunos, su arresto era cuestión de tiempo.
Quizás, lo que no se esperaba es que la detención tuviera lugar esta semana y en Estados Unidos. Pero así ocurrió y el martes fue acusado por una corte federal de Brooklyn de tres cargos de asociación ilícita para el tráfico de cocaína y de falso testimonio. García Luna vivía en Florida desde 2012.
"No fue una sorpresa", afirmó Samuel González, exfiscal jefe contra el crimen organizado, quien dijo haber rechazado ofertas para trabajar con García Luna en la década pasada y afirmó que la duda no era si sería procesado, sino cuándo.
García Luna fue secretario de Seguridad Pública en el gobierno conservador del presidente Felipe Calderón (2006-2012) durante algunos de los años más sangrientos y comprometedores de la guerra contra el crimen organizado, en la que murieron más de 100 mil personas y dejó decenas de miles de desaparecidos.
Durante ese tiempo, y como uno de los personajes clave de la estrategia de Calderón, controló tanto a la Policía Federal como el aparato civil de seguridad, lo que le permitió un acceso sin igual a operaciones policiales, información de inteligencia e investigaciones que, según los fiscales estadounidenses, compartió con el Cartel de Sinaloa. De hecho, la administración de Calderón recibió fuertes críticas por no combatir por igual a este grupo criminal que a sus rivales, algo que el expresidente siempre negó.
El pasado policial de García Luna empezó, sin embargo, durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006), en labores de inteligencia y luego al frente de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), que pretendía emular al FBI estadounidense.
Intocable
Para José Reveles, periodista y autor de varios libros sobre crimen organizado, García Luna fue "el policía omnipotente de Fox y luego de Calderón'' y un funcionario con el que pocos se atrevían a meterse. Aunque hubo quienes intentaron investigarlo, agrega Reveles, las pesquisas nunca llevaron a nada. De hecho, el martes sorprendió que la fiscalía mejicana dijera que tenía una investigación abierta por la que podría pedir su extradición.
Entre los capítulos polémicos del exfuncionario, Reveles recuerda cuando en 2005 agentes de la AFI bajo su mando "estaban capturando (criminales del grupo de los) Zetas para entregárselos al Cartel de Sinaloa'', según una declaración del entonces zar antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos, quien moriría tres años después en un accidente aéreo.
También en 2005 tuvo lugar uno de los escándalos más sonados, la detención de la francesa Florence Cassez, a quien se la acusó de secuestro. En torno a su captura se organizó un montaje para exhibirla ante las cámaras, una actuación que la Corte Suprema mejicana calificó años después de una "escenificación planeada y orquestada'' que "vició" todas las evidencias, lo que llevó a que Cassez fuera finalmente liberada después de siete años en prisión.
En 2008 comenzaron a aparecer pancartas en distintos puntos del país en los que se acusaba a García Luna de trabajar para el cartel de Sinaloa.
En esa época, Reveles recuerda que miembros del cartel de los Beltrán Leyva –una escisión del cartel de Sinaloa– interceptó la caravana en la que viajaba García Luna y decenas de sus agentes, en una ruta al sur de la Ciudad de México. El periodista, que tuvo acceso a documentos con las declaraciones de varios de sus agentes en la Cámara de Diputados, explicó que los criminales desarmaron y vendaron a los policías y que se llevaron a García Luna a un encuentro con Arturo Beltrán Leyva, uno de los líderes de la organización criminal. El exfuncionario siempre lo negó.
Limpieza
Para limpiar la imagen de la Policía Federal, en 2011 Televisa lanzó la telenovela El Equipo, que presuntamente fue financiada con fondos federales y presentaba una policía bien entrenada y valiente, muy lejana a la percepción popular.
En 2012, el narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, alias "La Barbie", de doble nacionalidad mejicano-estadounidense, hizo pública una carta en la que decía tener a sueldo a García Luna.
Ese mismo año, un policía federal abrió fuego contra compañeros en el aeropuerto de Ciudad de México –lo que evidenció una red de corrupción al interior del organismo. Además, 14 agentes de García Luna dispararon contra una camioneta con personal de la CIA, a los que supuestamente confundieron con criminales.
A pesar de estos antecedentes, el analista Alejandro Hope recordó que el gobierno estadounidense parecía tolerar y aprobar la política de seguridad de García Luna, e incluso le permitió vivir en el país durante siete años antes de presentar cargos en su contra.
“¿Por qué ahora?”, se preguntó Hope.
No está claro si el momento en que ocurrió la captura es parte de algún acuerdo desconocido en el complejo mundo de las relaciones entre México y Estados Unidos en cuanto al combate al crimen organizado, o si simplemente es el resultado de los testimonios pronunciados durante el juicio a Joaquín El Chapo Guzmán, que acabó con la condena de por vida para el líder del cartel de Sinaloa.
Entre los testimonios se destacó el de Jesús Zambada, exintegrante del grupo delictivo y quien dijo haber realizado personalmente pagos entre 2005 y 2007 por 6 millones de dólares a García Luna por orden de su hermano, Ismael "El Mayo" Zambada, otro de los líderes del cártel.
La fiscalía estadounidense considera que García Luna amasó una fortuna de millones de dólares, muy por encima de su salario como funcionario público.
Entre sus compañeros de gabinete se impone la cautela. Guillermo Valdés, quien dirigía la inteligencia mejicana en la misma época en la que García Luna controlaba a la policía dijo que, sin poner las manos al fuego por nadie, su detención es una oportunidad para que se aclare su situación. "Si fue corrupto que se le castigue y si no, que quede limpio su nombre", afirmó.