Un equipo de profesionales, equipados con cascos, se activan esta semana para limpiar el mítico Big Ben de Londres. Con sus baldes y esponjas, cuatro técnicos especializados en la limpieza trabajan en lo alto del monumento más célebre de Londres.
Las cuatro caras del reloj, de una altura de 96 metros, que domina el parlamento británico, son lustradas y examinadas para comprobar que no sufren daños.
La última gran limpieza del Big Ben remonta al año 2010.
Cada cara del reloj está integrada por 312 pedazos de vidrio opalino, mantenidos juntos por un marco de hierro fundido.
La operación de limpieza durará un día por cada cara, es decir cuatro en total, más uno suplementario en caso de contrariedades meteorológicas.
El Big Ben fue construido, en el marco de la reconstrucción de las cámaras del parlamento, por los arquitectos Charles Barry y Augustus Pugin tras un gran incendio en 1843.