El caso, citado ayer por la cadena ABC News, subraya la efectividad de la organización terrorista ultraislámica Estado Islámico (EI) para radicalizar a jóvenes a través del uso de las redes sociales
“Vigilamos de muy cerca las amenazas contra el Papa, que llegará al país en muy poco tiempo. En un caso en particular, pudimos intervenir”, declaró a la cadena de televisión ABC el presidente de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, Michael McCaul.
A Francisco le gusta el contacto con las masas de gente que lo reciben durante sus viajes, un punto que preocupa a las autoridades estadounidenses, dijo McCaul.
“Es un hombre muy misericordioso. Le gusta estar con la gente”, señaló, y agregó: “Esto tiene el correlato de grandes riesgos en materia de seguridad”.
McCaul señaló que tuvo conocimiento de la amenaza desactivada durante una reunión con el US Secret Service, una agencia gubernamental encargada de la protección de los dirigentes estadounidenses y de algunas personalidades extranjeras que visitan el país.
“El menor había sido inspirado por el Estado Islámico y planeaba llevar a cabo un ataque a través del uso de armas de fuego y múltiples explosivos, tomando como blanco a un alto dignatario extranjero”, indicó por su parte una fuente del FBI.
La información señala que el joven obtuvo instrucciones sobre explosivos y las distribuyó por las redes sociales, según ABC News. Además, indicó que el plan preveía múltiples atacantes, poderosas armas de fuego y variados explosivos. El adolescente fue acusado de intentar proveer apoyo material a una organización terrorista y a una actividad terrorista,
La visita del papa Francisco a Estados Unidos, especialmente en Nueva York, donde tendrá una frenética agenda que coincide con la llegada de 170 líderes para la Asamblea General de la ONU, supone un desafío de seguridad inédito para las autoridades.
Los servicios secretos estadounidenses serán los responsables en primer lugar de la seguridad del Papa durante su estadía en el país entre el 22 y 27 de setiembre, con escalas en Washington, Nueva York y Filadelfia.
Además de sus visitas a la Casa Blanca y el Congreso en Washington o la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el Papa tiene previstas misas multitudinarias en las tres ciudades, la última de ellas en Filadelfia al aire libre y con una concurrencia estimada por los organizadores en dos millones de personas.
En Nueva York, donde el Sumo Pontífice estará el jueves 24 a la tarde y todo el viernes 25, las autoridades no dudaron en calificar al evento como “el desafío en materia de seguridad más grande que jamás haya enfrentado el departamento de policía de la ciudad”, según las palabras del jefe de la fuerza Bill Bratton.
El alcalde Bill de Blasio coincidió: “Nunca antes hemos visto algo como esto”, al referirse a la visita del Papa y la presencia de 170 líderes mundiales para la Asamblea General de la ONU a partir del 25 de setiembre y hasta el 6 de octubre.
Francisco, quien será recibido por el presidente Barack Obama, hablará en inglés ante el Congreso estadounidense y en español a la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas, ONU, ante unos 170 jefes de Estado y representantes de todo el mundo, precisó Lombardi.
El viernes 25, el Papa participará en Nueva York de un encuentro interreligioso en el Ground Zero (donde se encontraban las Torres Gemelas), un momento “ecuménico”, con la participación de un rabino, un imán y un líder hindú, entre otros.
En esa ciudad permanecerá tres días durante los cuales visitará también una escuela, oficiará una misa en el Madison Square Garden y encabezará una peregrinación en el Central Park.
La víspera de su regreso, el sábado 26, en Filadelfia, el Papa asistirá a un concierto en su honor ofrecido entre otros por la reina del soul, la estadounidense Aretha Franklin, el colombiano Juanes y el italiano Andrea Bocelli, en el marco del Encuentro Mundial de Familias Católicas.
Pese a todo, Lombardi aseguró que “no existen preocupaciones especiales por la seguridad del Papa” durante el viaje y que se movilizará en varias ocasiones en un papamóvil abierto.