Los chicos que el lunes por la tarde se escaparon del edificio del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (SRPJ), ubicado en Godoy Cruz, participaron de un intento de motín que se produjo en el ex Cose en diciembre pasado.
Además, uno de ellos tiene antecedentes de fuga: en octubre se escapó de su celda después de romper los barrotes. Ambos estaban en el sector de mayor seguridad que tiene la institución.
A las 17 del lunes, dos de los adolescentes que viven en el ex Cose -ubicado en calles Montes de Oca y Río Juramento- se escaparon, aprovechando un momento de recreación que tenían en un patio.
Treparon un cerco de unos cinco metros, en cuyo extremo superior hay concertina y, tras caer al suelo, saltaron otro paredón y ganaron la calle. "Podrían haber salido severamente lesionados por la caída o bien por cortes por la concertina. Arriesgaron su vida", dijo a Los Andes el director del SRPJ, Isaac Morales.
Los chicos estaban junto con varios cuidadores que no lograron atraparlos. Del momento de recreación -un partido de fútbol- también participaban otros diez adolescentes. Una fuente investigativa relató que la fuga duró apenas ocho segundos, según se pudo determinar en las filmaciones que tomaron las cámaras de seguridad que hay en el lugar.
Una vez en la calle, los internos escaparon en dirección al asentamiento Susso y hasta ayer por la tarde nada se sabe de ellos. Por estas horas, la policía realiza un operativo en esa zona y en sitios donde pueden estar escondidos, para dar con ellos.
Los dos, mayores
Ambos fugados son mayores de edad (hace poco cumplieron 18 años) pero siguen alojados en el ex Cose por robos con armas que cometieron cuando eran menores.
Los dos son de Las Heras y si bien no se conocían hasta antes de entrar al complejo, han formado una amistad. "Tienen varias entradas y salidas. Por ejemplo, la última vez que recuperaron la libertad, regresaron en menos de una semana", deslizó una fuente. Ninguno tiene una familia constituida y sus puntos de referencia son parientes cercanos y amigos.
En diciembre pasado, fueron los "líderes" de una revuelta que se inició en su pabellón. Finalmente ésta quedó desarticulada tras algunas negociaciones con las autoridades. Después de eso y por precaución, fueron alojados en el sector donde hay más controles, donde viven con otros 10 chicos.
Uno de los escapistas, además, ya tiene antecedentes de fuga; el 20 de octubre pasado -cuando aún era menor- huyó junto a otro compañero. Ambos rompieron los barrotes de una ventana de su celda y se escaparon.
Como era horario de siesta -y los dos simulaban estar dormidos- huyeron descalzos y en ropa interior. El chico fue buscado por dos días hasta que su madre acordó entregarlo nuevamente a las autoridades, lo que se concretó el 22 de enero.
"En el Cose hay 84 chicos; de esos al menos 70 piensan todo el día cómo evadirse", graficó una fuente acerca de la situación de los menores.
