Un juez sanjuanino ordenó apresar a una mujer que había publicado por la red social Facebook la foto de un hombre que estaba en la puerta de un colegio privado a quien acusaba como posible secuestrador de niños.
La imagen fue compartida cientos de veces en perfiles de ciudadanos sanjuaninos y hasta de Mendoza, y cuando el propio involucrado se enteró, realizó su descargo ante las autoridades policiales al revelar que la foto se la había tomado cuando esperaba a su familia en la puerta de la escuela y señaló que la mujer que lo acusó "se hizo la película".
El hombre fotografiado, un albañil desocupado de 45 años, explicó que la imagen se tomó cuando había parado en la camioneta de su hermano en la puerta del colegio Santa Rosa de Lima esperando a que realizara trámites cerca de ese lugar. Además, el hombre brindó los datos que aparecían en el perfil de Facebook de la mujer desde el que había sido acusado.
Ante ello, el juez de Faltas Ricardo Grossa Colombo ordenó la detención de la mujer que colgó las fotos, Andrea Femía, de 39 años, al considerar que había cometido una infracción prevista en el artículo 113 del Código de Faltas que castiga "al que en lugar público o por medio de teléfonos o redes informáticas profiera insultos o cause molestias".
La Policía le retuvo el celular a la mujer en busca de las fotografías que compartió en la red social.
Después de pasar el domingo algunas horas demorada en una comisaría, la mujer se defendió públicamente asegurando que ella solamente publicó una foto que recibió por un grupo de la red de mensajería WhatsApp.
"Mis hijos no van a esa escuela, son adolescentes y publiqué las fotos por ese motivo. Hice lo que todas las personas hicieron, nada más que yo me equivoqué al subirlas sin constatar si lo que se decía era verdad. No lo conozco a ese señor y no lo persigo, pero me han perjudicado mucho con lo que se ha dicho", dijo a Diario de Cuyo.
El albañil víctima de la publicación contó a la prensa que desde que ocurrió todo el miércoles, tiene "vergüenza de salir a la calle".
"Me miran raro mis vecinos o la gente que sabe que vivo acá. No me dan ganas ni de ir a comprar cigarrillos al quiosco del barrio por ese motivo. En mi vida he tenido un problema así y encontrarme en una situación injusta como ésta me pone mal", se quejó. Y, apuntó: "No sé qué habrá pensado esta mujer, pero se hizo la película".
"No hay que juzgar a la gente por su apariencia, porque pueden causarle un daño muy grande a una familia", advirtió el hombre, que es padre de cinco hijos.