En la segunda jornada del juicio por el asesinato de Giuliano Ibáñez, un niño de 2 años y 9 meses de edad, una médica del Cuerpo Médico Forense explicó que fue la primera vez en su vida que se enfrentó a una muerte por "shock mixto".
"La causa de muerte fue un shock mixto que se produce por un shock hipovolémico, que implica una gran pérdida de sangre, y un shock neurogénico, que se produce por un dolor extremo, una lesión extremadamente dolorosa. Es poco habitual esta lesión; es la primera vez que la veo", explicó ayer en el juicio por jurado Marcela Godoy, la forense que hizo la necropsia del cuerpo del pequeño Giuliano.
"No sé si fue una patada o varias pero no tengo dudas de que fue golpeado", sostuvo la especialista, mirando alternativamente a los 12 integrantes del jurado y a los imputados, Maximiliano Ortiz Rosales (29) y Yamila Ibáñez Benavidez (26).
Ambos son juzgados por homicidio agravado por el vínculo y por alevosía y arriesgan penas de prisión perpetua.
Un golpe extremadamente violento
La profesional de la salud indicó que el chico recibió un violentísimo golpe en la espalda que le produjo un traumatismo agudo de columna lumbar.
El golpe fue de tal magnitud que le provocó una fractura en la columna con desprendimientos óseos. Pero el daño no fue sólo en los huesos sino que fue tan contundente que le produjo un "corte", un daño tremendo en el sistema nervioso central.
“Pienso en una patada con zapatillas, algo de alto impacto pero que no deja marcas (visibles)”, aseguró Godoy.
Según la especialista, los huesos de un niño son más cartilaginosos que los de un adulto y por ello son más difíciles de fracturar, sobre todo los más duros, es decir los del cráneo y la columna.
En el caso de Giuliano, lo que más le llamó la atención a Godoy no fue la lesión ósea sino que el golpe fue tan violento que le dañó la médula. "La columna se dobló demasiado hacia atrás (por el golpe)", afirmó la especialista.
Luego explicó que el golpe no pudo ser accidental, como los que se producen en una caída porque en este caso se hubieran registrado marcas en las extremidades o en la cabeza.
Además, la forense afirmó que las equimosis (los moretones) que tenía el niño se habían producido dentro de los 20 días anteriores a la muerte, plazo máximo en que estas lesiones son visibles.
Estas lastimaduras, justamente, fueron señaladas como típicas del maltrato infantil que, para la médica, Giuliano había recibido.
A esto le sumó que el pequeño no había sido alimentado en las últimas 8 horas anteriores a su fallecimiento.
Los dos son imputables
Ayer también declararon los psiquiatras que realizaron las pericias psiquiátricas a Maximiliano Ortiz Rosales y Yamila Ibáñez Benavidez.
Ambos fueron declarados "imputables", es decir que no presentan ninguna enfermedad mental que les impida someterse a un juicio ya que comprenden la criminalidad de sus actos.
Ortiz fue caracterizado como una persona que no se ajusta a los límites externos, es impulsivo, no es autocrítico, es inestable e inmaduro.
Ibáñez, por su parte, es una mujer normal, dependiente desde lo emocional y con escaso nivel intelectual.
Perfiles
Los especialistas que realizaron las pericias psiquiátricas a los acusados determinaron que:
-Yamila Ibáñez tiene parámetros normales, es dependiente desde lo emocional y posee escaso nivel intelectual.
-Maximiliano Ortiz no se ajusta a los límites externos, es impulsivo, no es autocrítico, es inestable e inmaduro.