Gigantescas e insólitas operaciones de apropiación y desvíos de recursos del Fondo Garantía de Sustentabilidad (FGS)-Anses se derivaron sin disimulo al culto ideológico partidario del modelo populista anterior, en vuelo y rumbo sin retorno. Por un lado, direccionados hacia el mar de planes de distribución graciable de Asignaciones Universales por Hijo menor de 18 años (AUH) o de perspectivas similares, de gastos sin fronteras.
Por principios de lógica y moderación, los recursos para cubrir erogaciones de planes graciables deberían ser imputados por ley a Renta General del Presupuesto de la Nación. De tal manera, el financiamiento de planes graciables lo soportarían todas las personas que demandan productos sujetos a impuestos.
En tal sentido, aflora apremiante la necesidad de instrumentar un nuevo sistema previsional jubilatorio nacional con autarquía financiera, técnica y administrativa, conducida por un directorio representado por sectores activos, jubilados, empresarios y Estado. Motivos: evitar usurpar y desviar enormes recursos del FGS con fines de seducir y/o tentar voluntades accesibles a otorgar votos.
Reparto gratuito de billetes ajenos
Están a la luz los efectos desfavorables de la anterior conducción política gubernamental, atribuible de alguna manera a la participación del gigantesco caudal de billetes de reparto gratuito a circular en el mercado de consumo como parte artificiosa e inoportuna de causas de un todo inciertas. Su destino: cubrir ingentes gastos de claros usos viciosos del modelo.
Según evidencias, sobre la circulación activa de tan enorme erogación sólo cabe señalar que su participación en cualquiera de los ámbitos operativos ocasiona tanta incertidumbre como desorden, tal cual, semejantes o igual que los efectos nocivos que causa la emisión monetaria sin el indispensable respaldo de divisas -dólares de reservas en el Banco Central-.
Al ostentar una virtual autoridad dominante con todas las fuerzas disponibles de conducción resulta fácil servirse del poder desbordante: ejercer el uso impropio de aportes jubilatorios con destino a financiar el colosal reparto gratuito de billetes ajenos hacia “los que menos tienen”.
Actitudes tan opuestas tanto como incompatibles ante la ostensible y extrema avidez por apropiarse de dinero fácil y gratuito, sin esfuerzos, sin derecho, sin control, ni el deber y responsabilidad en resguardar los recursos del FGS conforme a ley.
Dádivas distorsionan mercados
Al paso y ritmo de sucesos de efectos adversos a la regular evolución económico-financiera de mercados concurrentes, en parte atribuible al uso de ingentes activos monetarios sustraídos al FGS y luego lanzados al mercado de consumo, de alguna manera alejan o deterioran las posibilidades de lograr una normal, necesaria y coherente combinación de fuerzas o equilibrio compensatorio entre los sectores laboral-producción de bienes (L-PB). Es decir, prescindir de "mano de obra - provocar escasez de bienes".
Entre otra ponderación conceptual ocasionan los males que producen incontenibles turbulencias fluctuantes, tales como inflación, recesión, retraso cambiario, entre otras variables por todos conocidas.
En sugestivos ritos y alocuciones de autocracia y anuncios presuntuosos, marcados de tintes capciosos, se hizo resaltar para el período 2014/2015 “un récord histórico de cobertura de asignaciones (...) La erogación se elevará a $ 58.808,5 millones anuales” -nada menos equivalentes a U$S 5.215,8 millones (a $ 10,70 por dólar)- “se volcará al consumo (...) el efecto redistributivo del ingreso total de fondos Anses a favor de los que menos tienen” (según nota periodística 15/5/2014).
En tanto, para el tramo 2015/2016 -a partir del 16/5/2015- la erogación anual rondaría los $ 72.551,1 millones equivalentes a U$S 5.758,1 millones ($12,60 por dólar), incluido el 30% de aumento sobre el valor anterior.
El dinero a repartir -de uso del FGS- para cubrir el desempeño operativo de ambos períodos, sumará nada menos que alrededor de U$S 10.973,8 millones. Semejantes valores ambulatorios en circulación en mercados diversos -libres de control- serán tanto más que suficientes como para dar lugar a un virtual estado de impredecibles y temerosas expectativas: en derivar en una inevitable situación de explosión devaluatoria, ocasionar un severo desconcierto eco-social.
Recursos jubilatorios como activos propios
Alocuciones públicas de puros visos partidarios surgieron al aire en el tiempo. Mostrar sin reservas actitudes y vicios del poder en torno de usos indebidos del patrimonio monetario del FGS; a la vez ejercer constante predominio moral hacia el universo de beneficiarios de planes graciables, en obvio afán por persuadir adeptos a la causa del modelo.
Sumado a ello, ocultar oscuras ambiciones de poder e inmunidad sin ley en el tiempo, sin tino ni reflexión, utilizar recursos ajenos tal como si fueran activos propios en uso de libre disponibilidad. Al parecer se buscaba desconocer o no querer ver la realidad de circunstancias adversas aun cuando gravosas causas pendientes derivasen en efectos no deseados.