Las desventuras del dólar y un blanqueo de apuro

El gobierno nacional, ya perdido todo rumbo económico, primero aplica la mano dura para reprimir la tenencia de dólares particulares, y ante el fracaso ahora se decide por un blanqueo con el cual no sólo premia a los que antes castigaba, sino que castiga

Las desventuras del dólar y un blanqueo de apuro

Mientras más represión intenta infundir el gobierno con respecto al dólar, más sube el precio. Sobran buenos estudios sobre lo que nos ocurrió en el pasado, de los aciertos, errores y consecuencias de las medidas para solucionar el problema, pero el gobierno prefiere atarse a un falso relato histórico que lo ciega ante la realidad. Veamos lo que dicen los especialistas que estudian este problema desde hace mucho tiempo.

Un trabajo de Idesa analiza la brecha entre el dólar oficial y el paralelo; el trabajo abarca un lapso de 50 años, entre 1963 y 2013. En ese periodo, dice el trabajo, en 29 años no hubo dólar paralelo, por tanto no hubo brecha. En los 21 años restantes hubo dólar paralelo y la brecha se ubico en un promedio histórico de alrededor del 46% (ahora está pasando el 80%).

Llamativamente, o no, el récord de brecha se observa en el periodo 1973/75 (gobierno peronista), cuando promedió el 146%, con un pico de 225%. Sabido es cómo terminó aquella historia de una política económica con bastantes similitudes con la actual: con el estallido del llamado “rodrigazo”, por el nombre del ministro de Economía Celestino Rodrigo, que debió pagar la factura de los desaguisados de sus predecesores.

Reacomodar las enormes distorsiones de los precios relativos implicó una muy fuerte devaluación y siderales aumentos de las tarifas públicas y combustibles, entre otros. Dice el trabajo de Idesa: “Las evidencias muestran que los controles de cambio tienden a asociarse con periodos de alta inflación, inestabilidad y estancamiento. Fenómenos que se están observando con creciente intensidad desde la vigencia del ‘cepo’. Esto no es casualidad ya que el control de cambio trata de ocultar las consecuencias de los desórdenes fiscales y monetarios”.

En otro ilustrativo trabajo del Ieral, se analiza la evolución del tipo de cambio real desde 1970 a la fecha. El análisis se realiza expresando el tipo de cambio en pesos de hoy, lo que facilita la lectura y entendimiento del problema. El tipo de cambio real se ubica para lo que va de 2013 en $ 5,47 por dólar; sólo en dos momentos de todo el periodo fueron menores: durante 91/2000 (convertibilidad) ($ 5,05) y durante los años 79/80 (“tablita” cambiaria) en $ 4,35, mínimo del periodo. El tipo de cambio promedio entre 1970 y 2013 equivale a $ 9,55, llamativamente parecido al “blue”. Los economistas coinciden que nunca la brecha se cerró bajando el de arriba, sino siempre subiendo el de abajo.

Pues bien, frente a esta realidad, en una sus habituales medidas sorpresivas, el gobierno le agrega al “garrote” la “zanahoria”: anunció un nuevo blanqueo o amnistía fiscal, destinado a que quienes poseen dólares no declarados los incorporen a circuitos legales. Hace cuatro años el Gobierno hizo algo similar con muy pobre resultado.

Ahora el blanqueo es aun más generoso, ya que no tiene costo fiscal. Para ello crea dos instrumentos: un certificado destinado a reactivar el mercado inmobiliario, cuya paralización el gobierno negaba hasta ahora (mientras un diputado y banquero oficialista elogiaba la caída). El otro instrumento es un bono destinado a invertir en energía (YPF) que pagará el 4% de interés. El procedimiento, destinado tanto a personas físicas como jurídicas, consiste en depositar los dólares en un banco y recibir certificados y comprar bonos.

No es necesario señalar las grotescas contradicciones entre lo que el gobierno dice y lo que hace; y el agravio que el blanqueo significa para quienes cumplen sus obligaciones.

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