El Gutiérrez de la ambición ofensiva lucía su mejor cara en los primeros veinte minutos. Llegaba con mucha gente, rompía por afuera con Cobos más que con Irañeta pero le faltaba ese muchacho de la robusta melena. Nicolás Arce esperaba en el banco su oportunidad de entrar en el once titular, esa que perdió en la práctica del viernes (ver aparte). Sin él, al Cele le cuesta todo mucho más. Pero lo disimulaba muy bien en ese tramo inicial.
Maldonado la mete al área, Baldaccini la intenta aguantar de espaldas al arco y Estrada lo toma. El árbitro ve penal y el mismo Baldaccini lo cambió por gol definiendo al centro del arco; Lucero había volado hacia su derecha. Pocos minutos más tarde, Cobos entra al área por izquierda, saca el centro atrás para Ortiz, quien definió de primera, de zurda, y la pelota se va apenas ancha.
El Cele estaba bien. Pintaba para una tarde tranquila pero pronto se iba a comenzar a complicar. Olivari, tras una gran maniobra individual, asiste a Gaviglio, quien se tira al piso y alcanza a desviar la trayectoria del balón y empata el partido. Golpe al mentón para el Cele, que diez minutos más tarde quedaba al borde del nocaut: con el Cele lanzado en ofensiva, Sánchez roba la pelota en el medio y mete una gran bocha para Molina, quien condujo el contragolpe hasta el borde del área grande y desde allí habilitó a Gaviglio, quien volvía hacerse presente en el marcador tras vencer en el mano a mano a Marcó. Y ahora sí el interrogante se hacía gigante.
Ortiz encontraba una pelota al borde del área chica, la aguantó, y definió de media vuelta. Lucero, en una tremenda reacción, mandó al córner. Adentro Lucas González y Nicolás Arce desde el minuto cero del segundo tiempo para poner toda la carne al asador y en 45 minutos cambiar la historia. Nada de eso sucedió.
El equipo jugó feo, no se encontró nunca por abajo Arce-Ortiz y el correr de los minutos lo hizo al Cele repetirse en pelotazos, que casi nunca ganaba Baldaccini ni Fernando Abba quien, al estilo Néstor Fabbri en el Boca de Bilardo, se había parado bien de “9” de área para bajar alguna pelota desde el cielo. El Cele había perdido las formas, se había metido en un terreno en donde era un inexperto. Salió mal, se perdió y fue sólo un partido flojo. Al menos eso esperamos.
