Después del Oscar, estalló la guerra entre Spielberg y Netflix

Era uno de los escenarios que se esperaban después de los premios: el ring donde el streaming le ganó por goleada a las distribuidoras.

Después del Oscar, estalló la guerra entre Spielberg y Netflix
Después del Oscar, estalló la guerra entre Spielberg y Netflix

Hace un par de años fue Pedro Almodóvar, en Cannes, el que hizo saltar la térmica para el debate sobre la legitimidad de Netflix en los festivales que avalan películas a nivel masivo.

La discusión que lideró en contra del streaming el realizador español -en apoyo a la ley francesa que exigía que pasaran tres años del estreno en sala para que una película se subiese a una plataforma- surgió porque "Okja", de Bong Joon-Ho y "The Meyerowitz Stories" de Noah Baumbach estuvieron nominadas Cannes en 2017. En ese listado de realizadores enojados por el suceso que demarca un viraje bestial en la industria, también estaban Christopher Nolan y Steven Spielberg.

Luego del evidente aterrizaje de Netflix en los premios Oscar con el director Alfonso Cuarón y su película "Roma", el Oscar al documental "Period. End of sentece", y la nominación de "La balada de Buster Scruggs", era cuestión de tiempo para que la olla a presión de ese enojo, que viene cociéndose en las aguas turbias de la industria, explotara. Y fue nuevamente Spielberg el que alzó la voz como cabeza de lucha del grupo que resiste a la intención de "ocupación" del streaming.

La discusión viene por dos frentes -dos caras de una misma moneda-, y está que pela: se dirimen asuntos culturales muy complejos en los que hay en juego cifras multimillonarias.

Por un lado, el cambio decisivo en el consumo: la gente ve los filmes en su computadora y ya no tanto en la pantalla gigante de un complejo. Por el otro, el hecho de que esa práctica de los consumidores hace tambalear a la ingeniería de producción, marketing y distribución de películas que llegan a una sala. Porque si bien es bonito pensar que estos realizadores poderosos del cine son unos románticos incurables y sueñan con que el cine se proyecte en el cine, hay también mucho de business: ellos tienen sus propias productoras, que ganan en todos los tramos de camino entre el momento en que una película se concibe, hasta que estrena en una pantalla grande.

El terremoto post-Oscar arrancó con la noticia de que Steven Spielberg (fundador de Dreamworks y dueño de Amblin Entertainment) está en un supuesto plan terrorista para promover un cambio de reglas que no le permitan a Netflix participar en los Oscar con las películas que produce. Ojo, que la plataforma de inocente no tiene nada, y se disputa el monopolio de todos los tramos del negocio cinematográfico.

Todos tan “Cinema paradiso”, que emocionan

Este filme híper-sensiblero y melancólico sobre el amor por el cine que dirigió Giuseppe Tornatore bien sirve como metáfora argumental del enervado don Spielberg; hombre que cuando dice "llueve", hace que en Hollywood se abran los paraguas. Es que surgieron alertas que indican que el realizador de emotivos filmes como "Súper 8" está urdiendo un plan para frenar al titán del streaming. Y, cuando de negocios se trata, mucho respeto; pero hasta ahí. Por eso es que otros nombres fuertes, ante los rumores, salieron a respaldar a Netflix que les ha permitido suculentas ganancias; por su
puesto, Cuarón incluido, bajo otro argumento romanticón: que la plataforma le da oportunidad de exhibición a "cineastas de minorías".

"Green book", la película que ganó el Oscar, está producida en parte por la empresa de Spielberg: Amblin. Y, aunque la Academia creyó que con la estatuita a este filme menor estaba todo arreglado, el director de "ET" no tiene un pelo de zonzo, y se dio cuenta de las maniobritas que traen a Netflix bajo el brazo.

La plataforma, claro, está dispuesta a ganar esta batalla con armas de calidad. Tanto es así que tiene ya caminando a un tanque de proporciones imbatibles: "The irishman", dirigida por Martin Scorsese; película que con seguridad, y legalidad de papeles y créditos, tiene con qué competir en los Oscar 2020.


    La película de Alfonso Cuarón es la “piedra del escándalo”.
La película de Alfonso Cuarón es la “piedra del escándalo”.

El talón de Aquiles de la plataforma es que no le caben las generales que a todos los estudios que se carean en los premios de la Academia: "la empresa no reporta sus ingresos de taquilla y esto molestó a los ejecutivos de Hollywood más tradicionales esta temporada de premios, y se ha rumorado en semanas recientes sobre un ajuste de cuentas", anunciaron las agencias de noticias.

Así las cosas, de alegatos dulzones nada y de cuchillos en los dientes, todo. Porque los argumentos sentimentaloides del amor al cine esconden una guerra de negocios que parece ser paradigmática en la industria. "Spielberg y otros cineastas planean hacer algo al respecto apoyando una revisión a las reglas de la academia en una próxima junta de los gobernadores de la organización, que descalificaría a Netflix de los Oscar, o al menos la manera en la que la gigante de streaming opera durante la temporada de premios", continuaron anunciado las agencias.

Del lado de Steven hay gladiadores dispuestos a guerrear; pero Netflix también reúne a poderosos soldados que le entregan sus lanzas. Entre ellos está Ben Affleck, que tiene a su película "Triple frontera" corriendo en la plataforma "es muy emocionante porque te da la sensación de que está definiendo hacia dónde va el futuro del cine y de la distribución (para él una ventaja, para otros el abismo)".

O el mismísimo Cuarón que estuvo lloriqueando en los festivales porque "Roma" no llegaba a las salas y ahora aportó para Variety, en defensa de Netflix: "Los modelos de distribución deben ser más flexibles en función de la naturaleza de cada película. A un film pequeño no se le puede imponer la misma lógica de lanzamiento que tienen las súperproducciones... En este momento, todo se reduce a una pelea entre modelos económicos. Esto no tiene que ver con que un modelo beneficie al cine y el otro no".

Palabritas verde-dólar

Muchos alegan que la Academia no tiene estatura moral para entrar en esta guerrita porque promueve estrenos en sala y revolea DVDs entre sus miembros al momento del voto. Ava DuVernay tuiteó: "espero que si esto es cierto, tengan a cineastas en la sala".

Otros le dieron a Spielberg sin eufemismos, alegando que tiene un poder que otros de culto, no; y para "esos" Netflix es la gloria. Franklin Leonard, fundador de The BlackList (una compiladora de guiones de Hollywood sin producir) es uno: "Es posible que Steven Spielberg desconozca lo difícil que es hacer películas en el sistema heredado para una mujer o persona de color".

Netflix también metió el dedito en la llaga con un tuit: "Nos encanta el cine. Aquí hay algunas cosas que también amamos: acceso para personas que no siempre pueden pagar o viven en ciudades sin teatros; dejar a todos, en todas partes disfrutar de lanzamientos al mismo tiempo; dar a los cineastas más formas de compartir arte. Estas cosas no son mutuamente excluyentes".

Dichas estas lindas y floridas declaraciones, hay que despejar para dejar a la vista lo que importa: el verde-dólar. El que lo esbozó con claridad es Paul Schrader: "Los modelos de distribución están cambiando. No es tan sencillo como estreno en cine versus streaming". Esta batalla tendrá más efectos especiales que "Game of thrones". ¡Ah, no! Esa es de HBO que aquí no pincha ni corta, ¿o sí?

Mientras pelean, HBO estrena lindas cosas

Este mes HBOviene con una batería de series y películas. Una de las que arranca es "Veep", que va por su séptima temporada tras los pasos de la cotidianeidad de la vicepresidente Selina Meyer. Se podrá ver desde el 31 de marzo a las 23.30.

El mismo día, a las 23, vuelve "Barry", en su segunda temporada. La solvente serie narra la historia de un asesino a sueldo deprimido (Bill Hader), que quiere una nueva vida como actor. Mientras que Psi, en su cuarta temporada regresa el domingo 24, a las 21.  

En cuanto a las películas, llegan "O.G." (lunes 11 a las 22), sobre un ex líder de una pandilla en la cárcel, a punto de terminar su sentencia y "Ready Player One" (sábado 9 a las 22), el filme dirigido por Steven Spielberg, con la acción transcurriendo en 2045 cuando James Halliday decide dejarle el control de su creación, el metauniverso de realidad virtual OASIS, a quien resuelva su enigma.

También se verán "Superfly" (miércoles 13 de marzo, a las 22), "Game night" (lunes 16, a las 22), "The First Purge" (sábado 23, a las 22) y "Rascacielos" (sábado 30, a las 22). A todas ellas se suma el documental "United Skates" (lunes 18 a las 22).

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