Después de 3 décadas, los vistaflorinos están cerca de inaugurar su red cloacal

Las autoridades aseguran que será inaugurado en menos de dos meses. El líquido final podrá ser usado para riego.

Después de 3 décadas, los vistaflorinos están cerca de inaugurar su red cloacal

Finalmente, la gente de Vista Flores podrá comenzar a hacer uso de su red cloacal.  Una planta modelo, única en su estilo y capacidad en Mendoza, está en las etapas finales de construcción en un predio ubicado al noreste de este poblado tunuyanino.
 
Las autoridades aseguran que antes de los dos meses estará en funcionamiento y la prestadora será la Cooperativa del Agua, manejada por vecinos del lugar.

Gracias a un sistema de oxigenación asistida y tecnología de avanzada, el proceso de degradación de los residuos cloacales no despedirá olores.
 
Esto fue fundamental para lograr la aprobación de los habitantes más cercanos. También el hecho de que, según los gestores del proyecto, el líquido final que se obtenga podrá ser reutilizado para riego agrícola y forestal.

La vieja unión vecinal de Vista Flores empezó a hacer proyectos para exigir su sistema cloacal en los '80, cuando la población era casi la mitad de la actual (de 4.300 habitantes).

El paso del tiempo, la falta de respuestas, el aumento de los reclamos y el riesgo ambiental para Tunuyán que implica el uso masivo de pozos sépticos en una depresión como este distrito -donde las napas freáticas están cerca de la superficie- hicieron que el tema se constituyera en un verdadero dolor de cabeza para gobiernos municipales y provinciales.

El gran inconveniente era que no daban con un sitio apto y con licencia social para llevar a cabo estas tareas de saneamiento. En el 2008, el gobierno expropió un terreno de La Primavera para tal fin.

Enseguida, se instaló la polémica por la oposición de los vecinos. En la audiencia pública, realizada entonces, saltaron tres puntos de conflicto: el terreno no era viable, había que exportar los efluentes hacia otro paraje y la gente de La Primavera no recibía ningún beneficio.

Según Claudio Barrasa, coordinador de Infraestructura Básica de la Provincia, estos tres factores fueron resueltos con la nueva localización. El terreno de 7000 metros cuadrados que adquirió el municipio pertenece al distrito.
 
Se encuentra sobre el callejón El Melado, a pocos kilómetros del centro hacia el este, con la pendiente adecuada para el escurrimiento.
 
"Hicimos una consulta popular en 2012 y resultó favorable", informó Barrasa para aclarar que la obra cuenta con la autorización ambiental. Incluso, en su momento, la Provincia pagó un viaje a los vecinos para que conocieran plantas similares en Buenos Aires, a fin de convencerlos de la "no contaminación".

Últimos pasos

Debieron pasar más de tres décadas para que el sueño de los vecinos esté cerca de concretarse. La obra fue proyectada por el EPAS en 1994. La red se comenzó a instalar en el 2008, en la gestión de Celso Jaque. Hace dos años, el gobierno provincial resolvió una ampliación de la obra y adjudicó la construcción de la planta.
 
"Tuvimos el terreno en secreto hasta que nos aseguramos que era viable en absoluto", comentó el intendente Martín Aveiro, y anunció entusiasmado que "en menos de dos meses estará funcionando".

Actualmente, la red local tiene 1.165 conexiones, pero la planta fue pensada en función del crecimiento que está manifestando la zona. Al principio, trabajará al 30 por ciento de su capacidad, porque "está diseñada para absorber los efluentes de 4.000 conexiones"; apuntaron los técnicos.

"Aquí está asegurado el tratamiento cloacal, por los menos, para veinte años", indicó Gerardo Vaquer, subsecretario de Obras Públicas de Mendoza. La inversión que ha realizado la Provincia en el proyecto arrancó con 7 millones de pesos en 2008 y ha superado los $20 millones en la actualidad.

Este tipo de plantas son totalmente compatibles con la convivencia urbana, porque no despiden olores y el diseño de su estructura impide que, a simple vista, sea posible percibir que se trata de piletas de almacenamiento y tratamiento de los efluentes. Esto lleva a que en algunas provincias, como Buenos Aires, se levanten en medio de sitios urbanos. En Mendoza, sólo existe una de su tipo -pero a menor escala- en Potrerillos.

Silvana Di Berardino no sólo vendió el terreno para tal fin, sino que libró un convenio con Irrigación para utilizar el agua clareada -excedente del proceso- en los frutales y alamedas que cultiva en frente.
 
"Es una arriesgada. Nos interesaba el reuso del agua, ya que estamos con emergencia hídrica. Además, vimos que el líquido final sale con los minerales que tienen los fertilizantes: nitrógeno, fósforo y potasio", explicó la mujer, que ya amplió su represa para recibir 50 millones de litros de agua.

La prestadora de la red cloacal será la misma Cooperativa del Agua Vista Flores, que gestiona este recurso vital desde los inicios del distrito. Su presidente, Gabriel Rivas, explicó que aún no tienen definido las tarifas ni los plazos de inicio, porque recién están inscribiéndose como prestadores en el EPAS y deben obtener la capacitación que necesita el personal.

Planta modelo

La construcción está casi lista. Actualmente se están terminando de realizar los montajes necesarios para arrancar con las pruebas de funcionamiento.
 
"La gran diferencia de esta estructura de saneamiento es que trabaja con oxigenación asistida, lo cual asegura procesos de degradación aeróbicos. Esto hace que no se generen los olores característicos, que son tan agresivos", resumió Esteban Ojeda, de la firma contratista. El ingeniero sostuvo -incluso- que él mismo está construyendo una cabaña a metros del lugar.

Los efluentes que vienen por la red desembocarán en un colector y de allí pasarán a una cámara cubierta para ser bombeados hasta las piletas aireadoras.

"Como si se tratara de una pecera, todo el piso de estos piletones está sembrado con difusores de aire. Son tubos con microperforaciones que emanan pequeñas burbujas", dijo Ojeda.De allí, los residuos cloacales pasan a otras piletas donde se separan los sedimentos sólidos del líquido. El barro se dirige a las piletas finales donde es secado y puede utilizarse para la lombricultura, el relleno sanitario o como abono para algunos cultivos.

El agua ya clara pasa a otras piletas, donde se mezcla con cloro para su desinfección final. "La calidad de los líquidos finales es óptima. Podrían destinarse sin problemas a canales de riego o a reuso agrícola", dijeron los técnicos.

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