El principal ingreso a la ciudad de San Martín es la avenida Eva Perón, que conecta a la ruta 7 con la rotonda del hospital Perrupato, un camino de 1.600 metros por el que circulan a diario un promedio de 4.000 vehículos.
Durante el último año ese ingreso a la ciudad estuvo en obras, gracias a un proyecto de refuncionalización de toda la avenida, que demandó fondos por 22 millones de pesos, una de las inversiones viales más importantes de la región. Finalmente, la obra estás casi lista y quedará formalmente inaugurada en la primera quincena de abril.
La refuncionalización de la avenida Eva Perón ha sido uno de los grandes reclamos de San Martín y, finalmente, en abril del año pasado los trabajos se pusieron en marcha y previendo que resultaba imposible cortar el tránsito en su totalidad, el proyecto se dividió en dos partes y en todo momento hubo al menos una mano libre para la circulación .
“La refuncionalización de la avenida apuntó a dos objetivos principales: mejorar el flujo vehicular y optimizar las medidas de seguridad”, explicó Alejandro Pérez, subsecretario de Obras y completó: “Por eso el bulevar que divide los carriles, la gran cantidad de semáforos, la señalización en todo el recorrido y también el nuevo sistema de luminarias. La avenida dejó de ser una pista de carreras”.
El proyecto fue financiado con fondos del BID, la empresa a cargo de los trabajos es Laugero Construcciones y la obra está terminada en un 90%: “Solo queda terminar con los trabajos de iluminación y un tramo de la nueva acequia que corre más allá de la banquina oeste del camino”.
La nueva avenida Eva Perón tiene un ancho de 18,5 metros de asfalto, con un bulevar entre ambas manos; a lo largo de sus 1.600 metros -desde la ruta 7 a la rotonda del Perrupato-; incluye además cinco semáforos y todo el recorrido tiene un renovado sistema de iluminación con lámparas de 400 vatios cada 35 metros.
Por otro lado y para generar un desagote pluvial que la avenida no tenía, la colocación del nuevo asfalto se proyectó con una pendiente de este a oeste, que permite canalizar el agua de lluvia hacia las nuevas acequias de ese sector.
Finalmente, la nueva avenida muestra un bulevar que dividirá ambas manos y que evita el giro a la izquierda en la mayor parte del trayecto, salvo allí donde se ubiquen los semáforos: en callejón Fernández, en Lima (ya existe), en la calle lateral al B° Los Silos, en calles Chacabuco, en Paso de Los Andes y también en el ingreso al B° San Pedro (ya existe).
“Las distintas rampas en el bulevar para el uso de las personas discapacitadas o la idea de sumar nuevos semáforos apuntan a ordenar el tránsito, a evitar velocidades altas y fundamentalmente a hacer más seguro el ingreso a la ciudad”, cerró Pérez.