La Cooperativa Eléctrica Popular de Rivadavia atiende a más de 14.500 usuarios de la ciudad y es, después del municipio, la institución más importante del departamento.
Durante el último año funcionó intervenida, luego de que el ex gobernador Francisco Pérez desplazó a las autoridades a fines de 2015 y nombró a Sergio Boverman como interventor, tras considerar que estaba en peligro el normal funcionamiento de la distribuidora.
“Hoy el servicio eléctrico funciona bien; estamos dialogando con la comuna por distintas obras, algo que no se hizo durante décadas; además, hemos normalizado el sistema contable, por lo que el EPRE sabe cuánto dinero entra y sale”, enumeró Boverman hace algunos días, poco antes de dejar su cargo de interventor.
Y es que a partir de esta semana y luego de un proceso electoral del que participaron los socios, la cooperativa nombró a un nuevo presidente, el radical Javier Fornasari, que fue elegido para ese cargo por el voto de la mayoría de los consejeros.
En primer lugar, Fornasari anunció que buscará recomponer relaciones con la comuna, rotas desde hace más de una década, con denuncias cruzadas y una deuda millonaria en favor del municipio, que reconoció Boverman y que ahora Fornasari busca negociar y cancelar.
“Uno de los cambios institucionales que debe hacer la cooperativa es mejorar la relación con la comuna, que en estos años estuvo marcada por la conflictividad, pero que debemos restablecer porque hay muchas obras en la ciudad que podemos encarar en conjunto”.
Si bien la principal tarea de la cooperativa es la distribución del servicio eléctrico, la empresa tiene una serie de negocios paralelos y Fornasari subrayó la necesidad de evaluar el rendimiento de cada uno de ellos: “Hay una gran tarea por hacer, ya que existen áreas que dan pérdida o que pueden mejorar; tenemos que trabajar en ello para beneficio de los vecinos de la ciudad, que son quienes pagan por el servicio”.
Así, el presidente de la Cooperativa Eléctrica Popular de Rivadavia aseguró que el frigorífico que tiene la empresa “da pérdidas por $500.000 anuales”; que el cementerio privado con que cuenta la cooperativa “nunca funcionó porque no está habilitado y hoy es un gasto permanente para nuestras arcas”; que el servicio de internet que brindamos está apenas desarrollado, “solo tenemos 200 clientes de internet cuando esta distribuidora atiende a más de 14.500 usuarios por electricidad” y, finalmente, que el local de venta de insumos eléctricos de la cooperativa “puede mejorar su rendimiento, ya que hoy, apenas si deja un margen de ganancia”.
De todos modos, Fornasari subrayó que la idea no es despedir personal: “No venimos a echar a nadie sino a optimizar el funcionamiento de la cooperativa, queremos que cumpla con su rol de servicio, que los vecinos vean obras que mejoren su calidad de vida y que esta empresa deje de ser un bastión del peronismo, como funcionó durante los últimos doce años”.
Y agregó: “Tenemos que actualizar el estatuto y hacerlo transparente para que cualquier lista pueda competir por la presidencia, algo que resultó difícil en las últimas décadas en las que siempre gobernaron los mismos”.