Fanny Vázquez de Novoa (81) responde las preguntas de esta cronista utilizando un inglés muy claro. Cuenta que decidió estudiar ese idioma hace seis años por tres motivos principales: tener su mente en movimiento, poder comunicarse mejor con sus hijos y nietos y disfrutar de un grato momento con sus compañeras y profesora. Ella es parte de un grupo de alumnos que cursan inglés en las Aulas para el Tiempo Libre, de un total de 1.200 estudiantes mensuales.
Es que a pesar de haber dejado atrás sus obligaciones laborales, en su mayoría, las personas mayores de 60 años siguen perfectamente activas. Tanto es así que prácticamente un 30% de los adultos mayores, a nivel país, tienen interés en seguir estudiando, según reveló un nuevo informe del Barómetro de Deuda Social realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA) en alianza con la Fundación Navarro Viola y el Banco Supervielle.
A pesar de las intenciones, dentro de ese rango de edad, los que participan efectivamente de alguna actividad formativa son en promedio un 10%. Se trata de datos que, según la Dirección de Adultos Mayores de Mendoza, se corroboran en nuestra provincia.
Enrique Amadasi, ex coordinador del estudio del Barómetro de la Deuda Social que se centró en los adultos mayores, se mostró gratamente sorprendido con el porcentaje de personas interesadas en estudiar. "Son aquellos que si tuvieran la oportunidad tomarían alguna acción educativa. No hablamos sólo de terminar el secundario si no lo hicieron o una carrera, sino tener alguna experiencia educativa que puede ser de lo más variada", explicó el doctor en sociología. Para él se trata de un signo de vitalidad presente en ese rango etario. "Qué estudiar es lo secundario. Lo que la gente quiere es arreglarse, salir de la casa, tener profesoras, un ámbito de estudio. Y, después del taller, tomar un café, ir a otro taller y así sucesivamente", manifestó. En definitiva el experto habló de un proyecto de vida que motive a seguir adelante.
Justamente así lo vive Susana de Colonnese (60) compañera de Fanny en el curso de inglés. "Cuándo me estaba por jubilar empecé a preguntarme qué iba a hacer porque el jubilado no es una persona pasiva sino todo lo contrario", observó. De hecho para ella se trata del mejor momento de su vida para hacer lo que le quedó pendiente. "Tenés los hijos grandes y menos responsabilidades, así que nunca tuve un mejor momento", aseguró.
Del querer al poder
Ese 30% de interés de los adultos mayores por seguir estudiando baja a un 10% en promedio cuando la consulta es si efectivamente alguna vez participaron en alguna actividad formativa.
"Entre los tres de cada 10 que quieren estudiar, uno puede hacerlo y dos no, lo que tiene que ver con muchos factores", precisó Amadasi. Entre estos mencionó la oferta educativa, que es muy variable en los distintos puntos del país. "En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) hay mucha oferta y la gente la aprovecha. Las que están más castigadas son las ciudades medias del interior, a las que estas ofertas no les llegan", diferenció.
En este sentido remarcó que el Gran Mendoza está entre los conglomerados urbanos más favorecidos por la gran presencia de universidades, centros de formación y también por el Upami, un programa de la obra social de los jubilados que crea un espacio universitario específico para los afiliados.
Por su parte Aldo Sáez, director de Adultos Mayores de la provincia, remarcó el interés que observan en los jubilados locales cuando desde allí difunden alguna propuesta educativa. "Incluso en talleres que no son para formación, sino de contenido asistencial o de salud", comentó el funcionario.
En tanto, precisó que estiman que de los que conforman el 30% de los interesados en estudiar, la mitad asisten a algún centro de jubilados y la otra no. "Por eso nuestro desafío como estado es llegar a los que no están en estos lugares, ni están activos pero quieren estarlo", expuso.
Con ese propósito adelantó que la apuesta está en articular con las distintas propuestas educativas para que se extiendan en todo el territorio. "En el caso de la provincia, con la Dirección de Jóvenes y Adultos que tienen los Cens y los Cebja, pero también con los municipios, ya que son los que tienen el contacto más cercano con el vecino", añadió.
Asimismo, Adamasi destacó que desde su gestión han impulsado el boleto gratuito para mayores de 70 años, lo que le facilita su traslado a los centros de estudios. "Son conceptos que van ayudando para que la persona salga de su casa, que no se quede encerrada y no tenga más problemas de salud", aseguró.
A Ricardo de la Reta Zapata (75) siempre le gustó la pintura, pero durante muchos años no pudo centrarse en ella ya que tuvo que dedicarse a trabajar. "El día que me jubilé coincidió con que me enteré de estas clases y ahí dije 'voy a empezar'", contó el hombre durante su clase de Acuarela en las Aulas del Tiempo Libre. Así, desde 2013 se dedica a lo que le gusta y va probando con nuevas técnicas que lo mantienen siempre muy entusiasmado.
Las alumnas de francés Lina Knoll y Gloria Hintze también contaron sus experiencias. "En general coincidimos todos en que nos gusta el idioma, pero también venimos porque generamos otros vínculos", dijo la primera. Mientras que Gloria indicó que a su edad es necesario "seguir utilizando las neuronas".
“Uno busca hacer algo que no hizo antes y que lo tiene como un pendiente ya que te obliga a tener un rutina y seguir funcionando”, manifestó, reflexiva.
Ellas también destacaron que la actividad les permite estar activas pero sin exigencias tan formales como las universitarias. "Venimos con mucho gusto porque nos encontramos entre nosotros", remarcaron.
Género e intereses
El informe del Barómetro de Deuda Social que indagó sobre la capacidad de aprender en las personas mayores permitió conocer el interés educativo de los mayores de 60 según género, donde no se observaron muchas diferencias. De hecho las mujeres se mostraron interesadas en un 31,4% y los varones en un 28%. "Por suerte, en el campo de adultos mayores no hay brecha de género. Medimos 100 indicadores y en muy pocos hay diferencia", aseguró Enrique Amadasi.
Con respecto a las áreas más elegidas por esta franja etaria, en primer lugar se ubicaron las artes con un 16,8%. Dentro de estas la pintura es la preferida seguida por el dibujo y la escultura. En segundo lugar aparecen los idiomas con 12,4%, con mayor preferencia por el inglés.
El tiempo libre, bien aprovechado
En las Aulas para el Tiempo Libre (dependiente de la UNCuyo) se brindan talleres y cursos a mayores de 35 años. Asisten mensualmente unas 1.200 personas, de las cuales entre un 60% y un 70% son mayores de 60. Como detalló la coordinadora del espacio, Patricia Mom, ofrecen más de 80 alternativas y los más elegidos son idiomas, comedia musical, lectura compartida, entre otros. Informes: 4297104.