Después de 35 años, peligra su puesto de flores en el Lagomaggiore

Irma tiene 80 años y hace más de tres décadas que atiende su local adentro del hospital. Su familia clama para que no la saquen del lugar.

Después de 35 años, peligra su puesto de flores en el Lagomaggiore

La historia de Irma Nieto comenzó como muchas otras: la plata no sobrara en el hogar y había que ingeniárselas para buscar "el mango". Irma vio en la venta de flores en hospitales una salida pasajera para los tiempos de austeridad.

Pero la salida "pasajera" se convirtió en un estilo de vida para esta florista, hoy de 80 años, con más de 3 décadas de experiencia en el rubro.

Irma tiene un puesto de flores, plantas y peluches dentro del hospital Lagomaggiore desde hace 35 años. "Es una más del hospital, es muy querida por los profesionales y los pacientes", concuerdan las personas que alguna vez compartieron una charla con la "señora de las flores".

Sin embargo, el único sustento económico de Irma corre peligro. Según denunciaron sus hijas y empleados del nosocomio público, la nueva administración quiere "echar" a la anciana de los pasillos y darle un nuevo lugar, pero fuera del edificio.

El director interino del nosocomio tomó esa decisión argumentando que el puesto de Irma atenta contra la higiene del lugar, contó a Los Andes Carina Romero, una de las hijas de la octogenaria florista, quien se entrevistó con las autoridades del Lagomaggiore.

El pasado viernes, Irma llegó como todos los días a las 6 de la mañana, relató su hija, y en ese momento fue abordada por un miembro de la nueva administración, quien le pidió que sacara sus cosas afuera de inmediato.

La señora se descompensó y fueron las enfermeras las que evitaron el eventual desalojo. El sábado se repitió la situación y nuevamente los empleados del lugar defendieron a Irma, quen pudo seguir vendiendo sus platas y flores dentro del hospital.

“Le quieren dar un espacio al lado del bufet de la guardia, ahí no hay baños, ni agua potable y hace mucho calor. Mi mamá tiene 80 años y no puede estar ahí”, se quejó Carina.

Amor por el trabajo

La historia de Irma y su puesto improvisado de flores comenzó en el viejo hospital Del Carmen, pero el terremoto de 1985, que derrumbó el lugar, la obligó a trasladarse al nosocomio capitalino.

"Se toma el micro todos los días a las 5.30"

“Mi mamá se toma el micro desde Godoy Cruz todos los días a las 5.30, no falta nunca, va con fiebre, enferma. Cuando falleció mi hermana (hija de Irma) hace 7 años, ella al otro día ya estaba atendiendo su puesto”, recordó emocionada Carina.

“Ella habla con los familiares de los pacientes, cuando llega a casa nos cuenta las historias y junto a su nieta, que es catequista, rezan por los enfermos. Ama su trabajo, no se puede imaginar haciendo otra cosa”, agregó.

"Hay temas más importantes que atender"

Carina asegura que "hay muchas falencias en el hospital" y que la mala higiene del lugar no tiene nada que ver con el puesto de flores. "Han aparecido cucarachas en la habitaciones de los internados, hasta hemos encontrado ratas muertas", denunció.

"Han aparecido cucarachas en la habitaciones".

“Los médicos y enfermeras ya han juntado 1.000 firmas para que no la saquen. Todo el mundo la quiere y no entiendo por qué el director la quiere echar si sabe que tiene todo el hospital en contra”.

“Nosotros no queremos pelear con nadie, simplemente pedimos que la dejen seguir con su puesto. Es lo que la da vida, no le hace mal a nadie, al contrario, siempre intenta ayudar a todo el mundo”, concluyó la hija de “la señora de las flores”.

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