La filial Mendoza de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) se encuentra en medio de un turbulento proceso electoral. La elección se iba a realizar mañana, pero fue suspendida por decisión de la Séptima Cámara del Trabajo de la provincia.
Más allá de las denuncias cruzadas entre las dos listas en compentencia, el conflicto de fondo es el retiro del histórico secretario general de ATSA, Juan Carlos Navarro.
Después de 34 años como secretario general, Navarro desea dejarle la conducción a una enfermera del hospital Scaravelli de Tunuyán, Patricia Irrutia. Pero hay otro dirigente del sindicato que también aspira a la sucesión: el prosecretario gremial Carlos Pacheco.
Navarro llegó a la conducción de ATSA el 2 de febrero de 1985, "a una semana del terremoto", recuerda.
El mandato de la actual comisión directiva del gremio culmina el 2 de febrero que viene, justo 34 años después de haber asumido por primera vez la conducción. Por eso hacer la elección apura, pero la sucesión ha desatado una pelea inesperada.
La lista oficialista es la Azul y Blanca, que propone en la conducción a Irrutia. Licenciada en Enfermería de la Universidad Nacional de Córdoba, aunque cursó en las aulas del Hospital Central.
En el año 89 ingresó al entonces Hospital Carlos Ponce, hoy Scaravelli, cuatro años después de que Navarro llegara a la conducción de ATSA. De familia peronista, Irrutia se arrimó al gremio y creció bajo el liderazgo del secretario general que aspira a suceder.
La historia del adversario es similar. La lista opositora, la Celeste, está encabezada por Carlos Pacheco. En el '87 ingresó como administrativo en el Hospital El Sauce.
Inmediatamente empezó a militar en el gremio. En 2003 llegó al cargo que tiene actualmente, prosecretario gremial, y en 2004 fue representante paritario de ATSA.
En los últimos meses sus aspiraciones lo distanciaron de su mentor, justamente cuando Navarro decidió que su delfín sea Irrutia.
Lo formal del conflicto es la composición de las listas. Según el oficialismo que encabezan Navarro e Irrutia, a la lista de Pacheco le faltan candidatos para cubrir todos los cargos en juego. "La lista azul y blanca es federal, en cada establecimiento de la provincia tenemos un representate" dice Irrutia para remarcar la escasez de su rival. Navarro dice "tienen cubiertos el 55% de lo que exige el estatuto". Por ese motivo, la junta electoral del gremio no oficializó la lista Celeste.
Pacheco dice que "han llenado lugares inexistentes", o, al revés, acusa de que han inflado las listas para sacarlo de competencia.
Se presentaron ante el ex Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, el organismo que tiene poder de policía sobre los sindicatos, que todavía no se expide.
Ayer la Séptima Cámara del Trabajo, con la firmas de Ana María Salas y Sergio Simó, decidió suspender la elección hasta que se expida el organismo nacional.
Conocida la decisión judicial, Navarro decía a Los Andes: "Vamos a oficializarle la lista como está". Así sólo debería fijarse una nueva fecha para la elección.
Viejo líder
En junio Navarro cumplió 69 años. Cuenta que decidió correrse del centro de la escena el año pasado. "Me corro porque tenemos que renovar el gremio, tenemos que rejuvenecerlo, porque estamos muy mayores. Lo hablé con Fernando Ferreyra, que era secretario adjunto del gremio, y unos días después falleció".
Sin embargo, Navarro no se va del todo. Confía en que la lista Azul y Blanca ganará la elección y ser secretario de Vivienda, Deporte y Turismo. "No voy a ser secretario general en las sombras. La secretaria general con todos los poderes va a ser Patricia Irrituia".
Navarro arrancó como delegado del servicio de radiología del Hospital El Carmen en el año 71. Recuerda que el 23 de marzo de 1976 el sindicato fue intervenido por los militares, horas antes del golpe. Cuando volvió la democracia, llegó la normalización y en febrero de 1985 asumió en la filial Mendoza de ATSA.
En octubre de ese mismo año, se normalizó la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad (Fatsa); Carlos West Ocampo fue electo secretario general, cargo que aún ocupa. En aquella oportunidad, Navarro fue designado prosecretario gremial de Fatsa, luego fue secretario gremial y secretario de Relaciones Institucionales, cargo que aún ocupa en la federación nacional.
El viejo líder recuerda que cuando asumió la conducción de la filial mendocina del gremio, la intervención militar había dejado una deuda de 6 millones de dólares y 600 juicios, por una operatoria de viviendas nacida en el gobierno peronista. La intervención siguió cobrando cuotas a los adjudicatarios, a pesar de que la operatoria había sido dejada sin efecto por el Banco Hipotecario Nacional en 1979. Dice Navarro que terminaron de pagar esas deudas el año pasado.
Fue senador provincial entre diciembre de 2003 y abril de 2006. Navarro había ido en segundo lugar en la lista del PJ del tercer distrito electoral en la elección 2001; no logró entrar, pero cuando Patricia Fadel fue electa diputada nacional en 2003, Navarro la reemplazó.