El hecho no sólo llamó la atención desde el punto de vista ético y moral que ahora es cuestionado por las autoridades de la Dirección General de Escuelas (DGE), sino que fue motivo de una investigación sumaria que podría más adelante derivar en una causa penal. Todo comenzó el lunes 31 de julio, cuando de acuerdo al cronograma pautado, 3.576 aspirantes al cargo de directores de escuelas se presentaron a rendir el examen correspondiente para cubrir las 900 vacantes anunciadas por el área educativa.
Fue la primera etapa para reordenar el sistema después de ocho años: el último llamado para concursar cargos de jerarquía se había concretado en la provincia durante 2009. Según las autoridades, mientras en la actualidad, 40% de los cargos directivos (directores, vice directores y regentes) están cubiertos por suplentes. Es por esto que la apertura del llamado a concurso abarcó todos los niveles y modalidades educativas de gestión estatal.
Lo cierto es que durante el examen escrito, en dos lugares diferentes dos docentes que se encontraban ese día rindiendo fueron descubiertos copiando. El primero de ambos casos sucedió en la escuela Nº 4-087 “Manuel Ignacio Molina” de San Rafael, donde se acercaron a rendir los aspirantes de la zona Sur (ver aparte), en tanto que el segundo ocurrió en las instalaciones de la UNCuyo, donde se presentaron los docentes postulantes de la zona Norte de la provincia.
Al hombre, un docente que cubría el cargo como director suplente en un colegio técnico y de nivel secundario de San Rafael, le encontraron entre diez y doce “machetes” escritos a mano mientras rendía la prueba, en tanto que la mujer, una vice directora (también suplente de una escuela de educación especial) fue encontrada con un auricular en una de las orejas y escondido entre el pelo y la ropa, a través del cual se iba escuchando las respuestas que ya tenía grabadas.
De acuerdo a las actas que se labraron en el momento y que constan en el expediente donde se detalla el actuar de la educadora, la bochornosa situación quedó en evidencia cuando se comenzó a escuchar un ruido de radio en el ambiente, que en ese momento estaba en silencio debido a que todos en la sala se encontraban contestando las preguntas.
“La docente de Mendoza tenía un auricular escondido por su cuerpo. Se detectó porque se escuchaba en el recinto”, describió Francisco Fernández, director de Asuntos Jurídicos de la DGE.
El funcionario adelantó que por ahora los dos hechos están siendo investigados desde el punto de vista administrativo, a través de un sumario y aclaró que en las dos situaciones, a los postulantes se les fue quitado el examen, dejando todo por escrito en un acta.
Para la DGE, si bien los aspirantes tienen derecho a la defensa por ser suplentes, es muy posible que les sean quitadas las funciones como directivos. “Una vez que concluya el plazo de descargo, se les dará de baja como directivos de los establecimientos en los que se desempeñan”, dijo Fernández.
Más adelante y según cómo evolucione la investigación administrativa, los docentes podrían estar sujetos a una indagación de tipo penal, por considerar que ambos, como educadores son funcionarios públicos y que como tales incurrieron en una falta grave.
“Una vez que se analice su situación de revista, en cuántas escuelas dan clases y qué antecedentes tienen en su haber, se avanzará sobre una instancia judicial para saber si hubo un delito”, detalló Fernández y agregó que es la Junta de Disciplina junto a las direcciones de Educación Especial, Educación Técnica y Educación Secundaria, el área que estará a cargo de la investigación.
Un detalle que Fernández destacó en el marco de la primera instancia del Concurso de Jerarquía Directiva 2017, es que previamente todos los postulantes interesados en acceder a este cargo contaron con la posibilidad de consultar todas sus dudas a través de distintos cursos de capacitación y nivelación. “Consideramos que más allá de estas dos personas, el examen fue un éxito y una necesidad en la provincia”, expresó el funcionario.
Los más de 3.500 aspirantes se presentaron a rendir a las 7.30, acreditaron su identidad y luego de elegir cada uno entre dos bolillas negras respondieron preguntas relativas a los contenidos “Estado y Sociedad” e “Historia de la Educación”. “Los aspirantes estaban bien informados acerca de los mecanismos e instancias de examen. Sólo debía haber sobre el banco una hoja en blanco, el programa y la lapicera”, describió Fernández y explicó que las próximas instancias serán un examen oral y la realización de pasantías.
Para Sebastián Henríquez, titular del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), los docentes señalados tienen que contar con la posibilidad del derecho a defensa y de comprobarse que cometieron las faltas mencionadas deberán estar sujetos a las normativas vigentes para estos casos. “Ni más ni menos que eso. No es un hecho para minimizarlo pero tampoco para exagerarlo y encarnizarse con ellos”, dijo Henríquez y mencionó que existen otros hechos que deben ser investigados, tales como los abusos de poder que existen muchas veces por parte de las autoridades dentro de las escuelas.
Diez machetes que leía en el baño de la escuela
En San Rafael, el director suplente de una escuela técnica, fue encontrado copiando durante un examen del concurso para cargos directivos de la Dirección General de Escuelas (DGE). Por esta situación podría ser sancionado, al igual que otra aspirante a los cargos.
El nombre del docente no trascendió por encontrarse en investigación el caso, pero sí se informó que será la Junta de Disciplina quien tome medidas al respecto.
La Dirección General de Escuelas fue quien denunció que en el examen del 31 de julio se registró el caso de los machetes -más de diez- del docente sanrafaelino. Fue un veedor del examen en la sala de la escuela “Manuel Ignacio Molina”, del sureño departamento, quien notó una actitud sospechosa en este hombre que salía a cada rato al baño.
Según trascendidos, el mismo docente había advertido con anterioridad que se ponía nervioso por los exámenes y que eso le daba ganas de orinar, como justificativo de lo que pensaba realizar.
Aun así, el veedor notó movimientos sospechosos y se acercó al docente en cuestión, a quien le halló una decena de pequeños machetes entre las hojas del examen. Ante esto, inmediatamente llamó al escribano y se labró un acta que fue enviada para el estudio del caso a la DGE.