El sindicato docente (SUTE) redobló su pelea con el gobierno de Alfredo Cornejo y lanzó una campaña en "defensa de las libertades democráticas" para exigir que cese "la política de hostigamiento y persecución contra quienes ejercen la libertad de opinión" y pidió particularmente la reincorporación de docentes que fueron dados de baja, entre ellos un supervisor de San Rafael, Ricardo Ermili, quien tildó en su cuenta de Facebook de "sorete" a Cornejo.
Desde la DGE ratificaron lo actuado en cada caso y además no dieron vueltas a la hora de cuestionar el accionar del sindicato: "Lo que hace el SUTE básicamente es mentir", afirmó Francisco Fernández, director de Asuntos Jurídicos de la DGE.
La movida del gremio comenzó con una presentación en la comisión de Derechos y Garantías del Senado y planean extenderla a toda la provincia. "Lo que hicimos fue una presentación por la situación de vulnerabilidad de los compañeros y dejamos un petitorio en el que está incluida la situación de distintos docentes que fueron dados de baja. Acá el que se oponga al gobierno corre el riesgo de perder el trabajo. No pueden ni opinar en el Facebook" afirmó Sebastián Henríquez, titular del SUTE.
En el documento que entregaron en mano a los legisladores se exige, entre otros puntos, "el cese de una política de censura y que se garantice el pleno ejercicio de nuestras libertades democráticas".
En el escrito se citan distintos casos de docentes que fueron sancionados por su forma de proceder. Entre está el Ermili, que tras su cuestionada expresión en Facebook fue dado de baja en su cargo como supervisor de Educación Técnica, aunque conserva el de director en una escuela secundaria de San Rafael.
"Lo tomo como un acto de persecución ideológica", sostuvo el docente y justificó su accionar en que se trató de una metáfora con la finalidad de criticar la política gubernamental, no a la persona en particular.
"Me sacan esto de lo publicado Facebook y solamente teniendo honestidad intelectual uno se da cuenta que el objeto de mi crítica son los actos de gobierno. Además en ningún momento lo hice identificándome como un trabajador dependiente de la DGE sino como un ciudadano", dijo Ermili. Y agregó: "En un horario fuera de mi actividad laboral expresé mis convicciones políticas de que a este pueblo lo están destruyendo. Lo expresé con la metáfora del mal olor y aquello que genera mal olor. Me parece de poquísima honestidad intelectual centrarse en la palabra sorete".
El ex supervisor reconoció que "la utilización del término, en término de la metáfora y la analogía, fue pensado y meditado porque si no, no habría ningún tipo de repercusión".
Pero Fernández defendió lo actuado desde la DGE ya que "se le da la baja en su cargo de supervisor suplente, teniendo en cuenta la violación a sus obligaciones como educador y funcionario público al insultar a través de un medio masivo y ofender la investidura del gobernador".
Y completó: "Además a un educador por el estatuto del docente le está vedado faltarle el respeto a las autoridades y en forma expresa. Es un detalle importante que él omite contar: no se le prohíbe que haga una expresión política pero sí le está vedado por el estatuto del docente insultar a la autoridad y en este caso a la máxima autoridad de la provincia".
Por último el Director de Asuntos Jurídicos recordó que "en su descargo él (por Ermili) reconoció el insulto y solo trató de buscar una justificación".
