Despilfarro

¿Qué fue del Tomba que marcó un estilo?. En el último tiempo regaló lo bueno que había cosechado Está lejos de ese equipo que todos elogiaban.

Despilfarro
Despilfarro

No ha pasado mucho tiempo, pero parece una eternidad.

Es que, tal vez, las crisis profundas hacen que todo lo bueno del pasado se vea muy lejano.

El Tomba marcó un estilo definido en Primera División, lúcido y con bases sólidas que se cimentaban en un fútbol exquisito y de galera y bastón.

Siempre, aún en los peores momentos cuando el descenso acechaba, se llevaba los máximos  elogios del planeta fútbol por la propuesta saludable que expresaba en cancha.

Se ganó el respeto por “imponer”  una idea y ,cada uno de los rivales, sabía que enfrentar al Expreso significaba una dura batalla donde el tren mendocino podía arrollarlo futbolísticamente.

Fue el momento de pelear arriba siendo protagonista y de  codearse con copas internacionales. Y siempre con una identidad muy marcada.
La última expresión con brillo propio fue de la mano de Jorge Almirón, salvando la categoría con un elenco que tenía muy claro cómo jugar y volaba alto.

A partir de ahí las cosas fueron cambiando en el club y el ejemplo más grande se remite a los dos últimos campeonatos. El pasado donde dejó una imagen pálida, y este directamente paupérimo en todo sentido. Sin un ADN que lo distinga y con escasos puntos acumulados.
Sin problemas con el promedio, y apoyado en las modificaciones que hizo AFA, la política se direccionó a vender mucho y a no tener grandes erogaciones para armar planteles competitivos.

Y cuando esto pasa, la calidad y la jerarquía no es la misma.

Tampoco hay que dejar de lado la presencia de Daniel Oldrá. Expuesto al máximo por los dirigentes- con José Mansur a la cabeza- quienes lo “presionaron”  para que se hiciera cargo de un equipo que no daba muchas garantías, teniendo en cuenta que pidió mantener una estructura y no lo respaldaron ante la salida de sus mejores futbolistas.

¿Qué pasa hoy? El ídolo e histórico hombre del club empieza a  recibir reproches de algunos  hinchas que antes lo tenían en el pedestal.

Desde el principio se planteó una situación innecesaria que no tenía sentido, por todo lo que representa el Gato para el Bodeguero.

Mientras el conjunto deambula sin pena ni gloria por el torneo y despilfarra lo bueno que cosechó en otras épocas,  los números en cuanto a lo institucional le dan muy positivos.

Está por inaugurar un predio excepcional y la entidad muestra un superávit en los balances.

¿Qué pesa más? Es una respuesta que deben dar los propios simpatizantes.

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