Desnutrición: la experiencia de Conin

En materia de desnutrición, entidades como Conin están brindando un apoyo institucional y práctico de mucho valor en el combate contra el flagelo, supliendo a veces falencias estatales.

Desnutrición: la experiencia de Conin

Un país podrá crecer bajo circunstancias más o menos adversas, pero sin seguridad para sus habitantes y altos índices de pobreza, lo hará dificultosamente, con el sacrificio de sus habitantes, o finalmente retrocederá. El nuestro está inmerso en esa encrucijada, con una expresa negación del Gobierno nacional de esos asuntos, mirando hacia otro lado cuando se habla de esos 2 estratégicos temas de la realidad nacional.

Una de las problemáticas -la depauperización y su afectación en la alimentación infantil- fue analizada en un reciente encuentro de la organización Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), que preside un gran luchador por los derechos del niño, el doctor Abel Albino.

Nos preguntamos si no sería importante para el Estado contar con el asesoramiento de organizaciones de este tipo, evitando incurrir en errores o dejando de tomar los caminos inadecuados para llegar a resultados pragmáticos. En una graduación de errores de menor a mayor, encontramos la utilización de denominaciones que disfrazan la desnutrición infantil, dramáticamente exteriorizadas por realidades como la que vive la etnia Qom, en el Chaco.

La decisión de haber cambiado el término desnutrido por "niño con bajo peso", es un esbozo de ocultamiento de una realidad dramática. 
La desnutrición media nacional es de 13 a 15 chicos desnutridos por cada mil, mientras que en Chile y Japón, esa cifra apenas alcanza a 7 y 6, respectivamente. En el seno de Conin se menciona que el niño está desnutrido en primero, segundo o tercer grado.

Albino y sus colaboradores saben que cuando el bajo peso de un infante pasa del 15%, es desnutrición.

Por otra parte, la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud se realizó en 2005 y desde entonces no se cuenta con cifras oficiales. El doctor Albino explicó que las mediciones varían en cada provincia, pero desde Conin perciben que el problema es importante. La mortalidad va desde 7,8 niños cada mil en Tierra del Fuego a 22 en Formosa, en tanto la media nacional ronda de 13 a 15 cada mil. Puede parecer que no es mucho, pero cuando se comprueba que Chile ha alcanzado 7 y Japón 6, estamos en problemas.

Más allá de los números, sólo es necesario dar una vuelta por ciertos lugares, de nuestro Gran Mendoza, para que resulte imposible negar la pobreza. Esto es así en todo el país y por lo tanto resulta difícil evadir que 30% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza y eso es muy grave. Sin embargo, la presidenta de la Nación mencionó 5% ante la FAO, en Roma.

Para revertir este panorama es necesario tener políticas de Estado. Y para éste que analizamos, una de las posibilidades es replicar los centros de Prevención de la Desnutrición Infantil en distintas partes del territorio nacional. Conin está presente en 16 provincias, con 70 centros, y se está por crear uno de recuperación en Misiones, que apunta al tratamiento, como el Centro de Recuperación de Lactantes Desnutridos que funciona en Las Heras.

El Gobierno local dio un paso al contratar los servicios de Conin y Salta fue un poco más allá y no sólo los convocó, sino que creó el Ministerio de Primera Infancia.

La desnutrición es una patología social profunda, que no lleva 15 minutos combatirla sino una generación porque implica educación nutricional y para la salud, lactancia materna, jardín maternal e infantil, estimulación temprana, escuela de arte y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, ropero familiar, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, tratamiento de adicciones, inmunizaciones, agua corriente y caliente, cloacas, luz eléctrica.

Eso es trabajar en desnutrición, no dar un plato de sopa.

La apuesta es que la lucha contra la desnutrición infantil se convierta en un eje de gestión.

En Chile, donde el Estado tomó el modelo y lo extendió, se pasó de 180 niños desnutridos cada mil en los años '60 a apenas 7 hoy. 
Para tener en cuenta.

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