Desgarradora búsqueda de desaparecidos en la explosión de México

Muchas personas deambulan entre los restos de los 300 puestos de venta quemados, intentando saber el destino de sus familiares. Al menos hubo 32 muertos. Investigan las causas del accidente.

Desgarradora búsqueda de desaparecidos en la explosión de México

Concepción Hernández deambula con la mirada pérdida por los perímetros del mercado de pirotecnia más grande de México. Se aferra a las rejas y a la esperanza de que su hermano y su madre se hayan salvado de la explosión del martes que dejó 32 muertos y una docena de desaparecidos.

“Venían a comprar cuetes para su puesto. ¡Es la primera vez que venían!”, dice casi gritando, ahogada por el llanto y mostrando una fotografía familiar donde su mamá, de 65 años, aparece con un alegre vestido rojo, y su hermano de 29 años, con un impecable traje negro.

Los llamó varias veces a sus celulares hasta que dejaron de sonar.

Detrás de la reja hay miles de fierros retorcidos por la explosión que arrasó con casi todos los 300 puestos del Mercado de Pirotecnia de San Pablito, del municipio de Tultepec, situado a las afueras de la capital mexicana, con una población mayoritaria de artesanos de la pólvora.

El lugar fue cercado horas después de la explosión en cadena que formó una enorme nube multicolor. En el interior del terreno de cuatro hectáreas van y vienen decenas de peritos, investigadores y cientos de policías y militares fuertemente armados.

“Los peritos ya han barrido (inspeccionado) varias veces el mercado, no hemos relevado que haya más muertos”, comenta uno de los oficiales.

Las autoridades han dicho a la prensa que muchos de los muertos -26 fallecidos en el lugar- son irreconocibles y harán falta pruebas de ADN para identificarlos.

“¡Nadie nos dice nada! No sabemos nada de mi mamá ni de mi hermano, en las listas de los hospitales no están”, llora a gritos Concepción Hernández.

Detrás de la reja, los perros policías buscan entre los escombros que hasta el martes en la mañana eran un colorido mercado, con todo tipo de fuegos pirotécnicos.

Promesa incumplida

En su último reporte, la fiscalía del estado de México informó que 18 de los 32 cadáveres no están aún identificados.

Afuera del Servicio Médico Forense local, ubicado en una colina desde la que se puede observar parte de un infinito caserío pobre construido sobre un mar de cerros, los familiares de los desaparecidos y de los muertos ya identificados aguardan llorosos.

“Lo único que quiero es que me entreguen ya el cuerpo de mi mamá, nos dijeron que nos iban a pagar los gastos funerarios, pero ahora resulta que el panteón, que es lo más caro, lo tenemos que pagar nosotros”, alcanza a decir María Teresa Martínez antes de romper en llanto.

“Mi vida ha cambiado completamente desde ayer. Mi esposo está en cuidados intensivos porque tiene la garganta quemada”, prosigue con el poco aliento que le queda.

Su madre y su esposo fueron al mercado como lo hicieron habitualmente durante años para surtir un pequeño puesto de fuegos de artificio que tienen afuera de su casa, en la comunidad de Tablas del Pozo, del vecino municipio de Ecatepec.

Medidas de seguridad

“¡Visítanos! Abrimos todos los días del año. Contamos con todas las medidas de seguridad”, dice un gran letrero de plástico, en el que aparece una foto de un extintor y una pala, y que está arriba de una de las entradas del mercado.

Este enorme centro de venta de fuegos de artificio ha sufrido al menos dos grandes explosiones desde 2005. Fue remodelado hace poco para hacerlo más seguro; los puestos de láminas fueron reemplazados por locales de cemento con techos de láminas.

Cuestionado sobre qué pudo haber fallado pese a la remodelación, el líder del mercado respondió que “en todos los mercados de pirotecnia existe ese riesgo. Teníamos todas las medidas de seguridad; todos los locales tenían un tambo de agua y un tambo de arena y un extintor. No nos explicamos por qué fue tan grande el siniestro”.

Con él coincide Roberto Cortés, de 48 años, un albañil que vive y trabaja a menos de un kilómetro de San Pablito y ha visto varias conflagraciones.

“Los cuetes siempre son un riesgo y no hay forma de salvarse. Cuando empieza a tronar truenan todos. Las medidas de seguridad no sirven para nada”, dice algo enojado.

“La pólvora es un riesgo, vivimos sentados sobre una bomba”, considera Socorro Lillio encogiendo los hombros, antes de seguir con la búsqueda de los dos menores de su familia desaparecidos.

Antecedentes

Las explosiones mortíferas de fuegos de artificio son muy frecuentes:

En Perú: el 29 de diciembre de 2001, un gigantesco incendio provocado por petardos y fuegos de artificio devastó un centro comercial en el centro de Lima, con un saldo de 447 muertos y desaparecidos y más de un centenar de heridos.

En Rusia: en diciembre de 2009, tomó fuego material pirotécnico en una discoteca de Perm (Urales, 1.200 km al este de Moscú): 156 muertos.

En India: en la madrugada del 10 de abril de 2016, la explosión de un depósito de fuegos de artificio desencadenó un enorme incendio cerca de un templo hindú de la ciudad costera de Paravur: 111 muertos y varios centenares de heridos.

En Estados Unidos, en febrero de 2003, un incendio desatado por dispositivos pirotécnicos durante un concierto de rock costó la vida a casi 100 personas en una discoteca de West Warwick.

China, la peor: China es el mayor productor y consumidor del mundo de petardos y fuegos de artificio. Los accidentes son frecuentes, en particular en los talleres de fabricación, como consecuencia del poco respeto de las normas de seguridad.

El último accidente mortífero data de julio de 2015: 15 personas resultaron muertas y otra decena heridas en la explosión de una reserva ilegal de fuegos de artificio en Hebei.

La peor catástrofe de los últimos veinte años tuvo lugar en la provincia de Guangdong el 30 de junio de 2000: 75 personas murieron y 160 resultaron heridas en una fábrica de pirotecnia en Jiangmen.

Otras catástrofes de este tipo han afectado a China:

Marzo de 2008: 25 muertos en Xinjiang en la explosión de una carga de fuegos de artificio que las autoridades se preparaban para destruir.

Enero de 2005: 25 muertos en el distrito de Xiangfen.

Enero de 1998: 40 muertos y casi un centenar de heridos en Tangshan.

México con frecuencia enlutado: el 26 de setiembre de 1999, al menos 56 personas perdieron la vida y 348 resultaron heridas a causa de varias explosiones en cadena, una de las cuales ocurrió en un depósito clandestino de fuegos de artificio, en Celaya.

El 1 de enero de 2003, la explosión de productos pirotécnicos en un mercado de Veracruz, sobre la costa del Golfo de México, tuvo un saldo de 28 fallecidos y una treintena de heridos.

En marzo de 2013, 17 personas murieron y 80 resultaron heridas durante una fiesta religiosa a causa de la explosión de una camioneta que transportaba fuegos de artificio en Nativitas, en el estado de Tlaxcala.

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