Mariana Sánchez (22) está a un paso de egresar de la carrera de Comunicación Social en la UNCuyo y ya cuenta con el título de periodista tras haber estudiado a paso firme en la Universidad Juan Agustín Maza.
Sabe portugués, tiene formación, una gran facilidad para interactuar con los demás y sobre todo, está dispuesta a dejar lo mejor de sí para desarrollarse profesionalmente.
Maida Sykes (30) cuenta con estudios terciarios en diseño, una ardua experiencia laboral en el comercio y la atención al público; es bilingüe y maneja todos los programas informáticos. Si hay algo que a estas jóvenes no les falta es conocimiento, presencia y ganas de trabajar.
Sin embargo, al igual que otras miles de mendocinas, llevan más de seis meses en la búsqueda de un empleo formal sin hallar ningún resultado, pese al intenso trajinar que llevan adelante desde la última vez que tuvieron un ingreso de dinero.
Su situación tiene una explicación y de hecho quedó reflejada en un estudio realizado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM), que pone el foco en el incremento del desempleo en el sector privado de nuestra provincia. Este informe fue dado a conocer días atrás y tomó como referencia los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Para determinar la notable diferencia en materia de empleo en los últimos años en relación con los anteriores, los investigadores a cargo del análisis tomaron en cuenta la cantidad de puestos de trabajo creados en los últimos trimestres de 2010, 2011, 2012 y los compararon.
Así, mientras que entre el último trimestre de 2010 y el mismo lapso de 2011 se crearon 13.459 empleos en Mendoza, desde esa última fecha hasta fines de 2012 las empresas mendocinas absorbieron a sólo 3.008 personas. En ese entonces, se calculó al menos 15 mil hombres y mujeres desocupados en los departamentos del Área Metropolitana.
De allí se desprende un declive en la generación de empleo, que se tradujo en al menos 10 mil puestos de trabajo menos.
Pero al desmenuzar las estadísticas por grupo de edad y género, el CEM advirtió que la problemática del desempleo en el Gran Mendoza está afectando en mayor grado a las mujeres jóvenes (la tasa desempleo en este grupo pasó de 8,1% en el cuatro trimestre de 2011 a 10,6% en el mismo lapso de 2012).
Una realidad compleja
Llevada a lo cotidiano, la realidad es aún más compleja y requiere de una gran constancia por parte de quienes se encuentran en esta situación. Mariana, por ejemplo, aseguró que lejos de bajar los brazos, su búsqueda es incesante desde hace seis meses, cuando tuvo su último trabajo.
Al brindar su testimonio, la joven comunicadora demostró que está atenta a cada oferta que surge a través de los portales de empleo, las páginas web y los clasificados de los diarios.
Ocurre que si bien ella aspira a orientar su carrera hacia una tarea afín a su formación, el contexto la ha llevado a prestar atención a otras posibilidades, como los trabajos en el comercio.
"Claro que uno le pone énfasis a lo que tiene que ver con la profesión, pero también me fijo en otras posibilidades; la situación es muy difícil", contó la chica. Si bien explicó que vive con su familia, reconoció que el hecho de no contar con un trabajo estable la lleva a privarse de muchas cosas y ajustar los gastos al mínimo indispensable.
Mariana opinó que existe mucho enojo entre los jóvenes por este tema. Incluso ella, al igual que varios de sus amigos, no descarta la posibilidad de ampliar los horizontes en el exterior. "Si esto no cambia va a haber un éxodo importante", vaticinó.
Más de un año sin trabajo
El tiempo de búsqueda de empleo es otro indicador que preocupa, ya que del mismo informe se desprende que al menos 25% de la población desocupada lleva aproximadamente más de un año sin encontrar empleo.
En ese sentido, el promedio de desocupados que rondaron ese lapso de búsqueda fue de 14,6% entre 2010-2011 y pasó a 24,4% en 2012. Maida forma parte de ese grupo.
"Hace al menos cinco años que no tengo un empleo formal en blanco", comentó y aseguró que en ese tiempo se ha desempeñado atendiendo al público en distintos comercios pero también trabajó como telemarketer, vendiendo productos cosméticos por comisión y hasta se animó a vender seguros.
Madre desempleada, un desafío
Los sueldos bajos, la inestabilidad y los horarios maratónicos, muchas veces han llevado a Maida a poner en la balanza si lo que ha ganado mensualmente con esas labores se equipara con lo que ha debido invertir, por ejemplo, para pagar a alguien que cuide de sus hijos mientras se ausenta de su hogar.
Ella aseguró que más de una vez le sucedió que un empleador ni siquiera se dispusiera a prestar atención a su experiencia laboral, formación y predisposición, por el solo hecho de ser madre. "Lo que no tienen en cuenta es que necesito mucho el trabajo y por lo tanto, si lo tuviera, lo cuidaría. Cuando sos madre y estás sola hay mucha discriminación", denunció esta joven mamá divorciada.
A Fernanda C. (37) le sucede algo similar. Desde marzo pasado inició una nueva búsqueda de empleo sin hallar resultados hasta ahora. Cuenta con experiencia como administrativa y también se ha desempeñado como vendedora.
Pero ocurre que no sólo los ofrecimientos laborales son muy limitados, sino que "los horarios del comercio, por ejemplo, son imposibles de cumplir para las mujeres que somos madres. Por otro lado, los sueldos son bajísimos y muchas veces los empleadores juegan con la necesidad. Ahí es cuando depende de uno poner en la balanza las prioridades".
Desempleo afecta más a mujeres jóvenes
De acuerdo a un estudio del Consejo Empresario Mendocino, ellas presentan más dificultades que los varones para insertarse en el mercado laboral, sobre todo si son madres. En un año, la desocupación en ese sector pasó de 8,1 a 10,6%. Algunos testimonios.
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