Desdoblamientos: entre la convicción y el oportunismo

Los mendocinos esperan que la dirigencia política juegue con armas nobles en las elecciones departamentales que por separado se celebrarán este año en nuestra provincia.

Desdoblamientos: entre la convicción y el oportunismo

Como muy bien lo graficó Los Andes días pasados, de repente apareció una ola desdobladora en el espectro político mendocino. A la decisión de los intendentes de la Capital, de extracción radical, y del demócrata de San Carlos, ahora se han sumado siete comunas justicialistas, que han decidido adelantar las elecciones comunales para el mes de junio, con una "previa" -las PA SO- para mediados de abril.

Así entonces, gran parte del electorado provincial deberá concurrir por lo menos cuatro veces a votar en el curso del corriente año.
Desde siempre -y así lo ha hecho saber en numerosas oportunidades- este matutino se expidió a favor del desdoblamiento de las elecciones a nivel departamental. Sucede que es el intendente quien más cerca está de los vecinos, a quienes les debe prestar las necesidades básicas, tal como iluminación, barrido y limpieza.

Es quien debe conocer cuáles son los problemas en los distintos sectores y concurrir en ayuda y es quien primero debe estar cuando surgen algunos problemas naturales, como sismos o inundaciones.

Los vecinos también deben conocer a quienes los representan en los concejos deliberantes, a diferencia de lo que hoy sucede en la gran mayoría de los casos, en que los ediles surgen de listas sábana figurando en último lugar de una boleta que encabezan los candidatos a presidente, les siguen senadores y diputados nacionales, gobernador, senadores y diputados provinciales y los intendentes.

Si tomamos la decisión de los popes municipales desde ese planteo, es coherente y favorable el desdoblamiento. Pero sucede que en muchos de los casos el objetivo puede ser otro, como el de resguardar a los caciques departamentales para sustraerlos de eventuales "arrastres" de las candidaturas a presidente y a gobernador.

En todos los casos los jefes comunales han desestimado que se trate de una medida oportunista y han asegurado que lo hacen para favorecer la decisión de los vecinos.

Puede que sea cierto, pero la duda queda. Más aún cuando se observan algunos juegos partidarios a nivel nacional que le hacen mucho mal a la política, como la ley aprobada por el oficialismo en el Congreso de la Nación que determina que los argentinos deberemos elegir a 43 legisladores que representarán a la Argentina en el Parlamento del Mercosur, un organismo que funcionará a pleno en 2020, de acuerdo con lo acordado entre los países miembros del Mercosur, a pedido de Brasil y Uruguay, lo que no hace más que ratificar la sospecha de la oposición en el sentido de que se pretende amparar con fueros a quienes resulten electos, entre ellos muy posiblemente a miembros del Poder Ejecutivo, incluyendo a la propia Presidenta de la Nación.

Han sido tantas las jugadas inventadas por la dirigencia política a lo largo de estos poco más de 31 años de democracia que la duda siempre va a quedar.

No podemos olvidar las listas espejo o las candidaturas testimoniales, que de poco les sirvieron a los políticos porque debieron dejar de lado ese tipo de actitudes en razón de que fueron rechazadas de plano por un electorado que ha sabido madurar mucho más que los dirigentes y que ejerce el castigo a través de su mejor arma: el sufragio.

Es de esperar que en las elecciones departamentales que se vayan a desdoblar los candidatos jueguen con armas nobles porque podrán así demostrar que lo que primó fue una valorable decisión política y no un mero oportunismo político.

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