Después de ser un hogar de monjas durante más de 100 años y antes de convertirse en un edificio de departamentos, el antiguo Convento Nuestra Señora de la Misericordia vive su segunda transformación: es la sede de la 35a edición de la muestra anual de arquitectura, diseño interior y paisajismo Casa FOA 2018, donde se exhiben los distintos espacios para el hogar y la oficina.
Los 3.000 metros cuadrados, que en sus días fueron claustros, galerías y patios de religiosas, están divididos en tres recorridos laicos: espacios grandes ambientados para fines domésticos tradicionales pensados en personas de mediana edad; espacios pequeños que maximizan su reducido tamaño para familias jóvenes, y espacios de trabajo. El propósito de Casa FOA es invitar a la reflexión sobre cuáles son las nuevas tendencias en el interiorismo y la importancia del diseño en la vida cotidiana.
Los dormitorios, livings, cocinas, oficinas y demás ambientes armados para la muestra son el resultado de la creatividad de arquitectos, diseñadores y paisajistas en colaboración con profesionales de la construcción.
Un ejemplo del trabajo en equipo es el arquitecto Martín Zanotti, quien fue distinguido con la medalla de oro, el máximo premio de Casa FOA. Zanotti tuvo a su cargo el Espacio 33, una “vivienda para pareja joven”, para la cual aprovechó la arquitectura de más de 120 años del antiguo convento para presentar una propuesta que combina la estética de antaño con un estilo contemporáneo. Zanotti mantuvo las aberturas y puertas originales del espacio, pero incorporó innovaciones como un juego de “teclas ” en el cielorraso, que integra a su vez efectos de iluminación y diseño.
El arquitecto destacó los usos novedosos.
“Con el empleo de nuevas tecnologías, es posible materializar los diseños para lograr efectos lumínicos sin la necesidad de estructuras galvanizadas. Esto se logra tan solo cortando, plegando y pegando el material”, dijo Zanotti sobre su trabajo.
La habitación y el living del Espacio 33 cuentan con placas altamente absorbentes que han sido montadas sobre un bastidor metálico para contener los ruidos y mejorar la acústica de la vivienda. Se trata de un ejemplo de que la oferta de Casa FOA va mucho más allá de lo que salta rápidamente a la vista, como tendencias de decoración, materiales o colores.
Además del proyecto de “Vivienda para una pareja joven”, en el segmento de espacios de trabajo, es de destacar la participación en el espacio 28, “Coworking”, de María Ponce Quintero, Marcela Rodríguez y Lorena Spinola.
En este proyecto, los cielorrasos y revestimientos del espacio han sido trabajados en distintos niveles y con dos tipos diferentes de placas, idóneas para sitios muy concurridos, reduciendo la reverberación y creando un ambiente acogedor para brindar conferencias, ver una película o simplemente, mantener una charla, aportando confort por su doble acción: las perforaciones de las placas absorben el sonido y reducen la reverberación. Además, actúan como catalizador natural, y eliminan olores y sustancias tóxicas del aire de forma sustentable.
También se puede ver la versatilidad de los sistemas en el cielorraso curvo de gran volumen del Espacio 12, “Dormitorio principal”, de los diseñadores de interiores María Pamela Arias, Mariano Ezequiel Castro y otros. En esta propuesta, se usó “como hilo conductor la morfología, la materialidad y sus texturas para desarrollar un sitio multifuncional donde pueden convivir varias actividades a la vez”.
Para copiar la curvatura del espacio, se humedeció la placa de yeso y en algunos casos se colocó sobre un molde para lograr el radio buscado, curvándola lentamente y fijando sus extremos una vez lograda la curvatura. Una vez secas completamente, se las instaló conformando la curvatura buscada, sin perder sus propiedades.
Las placas curvas también se pueden ver en “Galería de arte”, el Espacio 35 de Casa FOA: el diseño busca una conexión con la naturaleza y el usuario a través de la madera, con la cual están revestidos módulos hexagonales que simulan ser los troncos de un árbol. En el cielorraso abovedado, un artista pintó la representación del cielo.
Y en Espacio 5, “Instalación”, Javier Ignacio García Gómez propone una experiencia espacial-sonora, con la construcción de arbotantes en placas de yeso que recubren el cielorraso de acceso a Casa FOA. Este diseño proyecta una serie de cenefas, claustros que emiten luces símiles a los del antiguo convento Nuestra Señora de la Misericordia, emtiendo un collage auditivo.
Casa FOA está abierta hasta el 28 de octubre. Tras el cierre de la muestra, se dará inicio al proyecto bautizado "Cassa Devoto", que incluye la construcción de un edificio de departamentos de cuatro pisos que conservará la estructura y fachada del antiguo convento.
Fuente: Knauf