A partir de noviembre, los tupungatinos deberán acostumbrarse a circular en una única mano en su villa cabecera. El cambio responde a un plan de ordenamiento vehicular, que se viene estudiando desde 2012 y que la actual gestión municipal se ha propuesto efectivizar antes de dejar la comuna en diciembre.
Una fuerte apuesta en folletería, cartelería y presencia de inspectores viales en los puntos más conflictivos de la transformación serán las herramientas que utilizarán los funcionarios municipales para acompañar a los conductores en su proceso de adaptación al nuevo modo de manejo. El operativo se realizará los días previos y durante la primera semana de la implementación.
Sucede que el cambio no se vislumbra para nada sencillo. Este departamento nunca tuvo calles de una sola mano y desde noviembre lo serán la mayoría de las arterias de la villa cabecera. Incluso, la nueva normativa también regirá en las vías internas que se encuentran en los distintos barrios céntricos; como Los Nogales, Los Almendros, Solares de Correa, Urquiza y Martín Fierro.
Por estos días, todas las esquinas del centro lucen cartelería nueva que indica el nombre de la arteria, pero no su orientación. Desde el municipio, decidieron no colocarles aún la flecha que informa sobre el sentido de marcha, para no confundir a los conductores en el tiempo previo a su puesta en vigencia.
Ocurre que, hasta la semana pasada, los concejales han estado evaluando distintas modificaciones propuestas al proyecto original. Aunque la necesidad de un ordenamiento vehicular en el departamento viene discutiéndose desde hace décadas, la ordenanza es la N° 39 de 2013. Desde entonces, el Departamento Ejecutivo busca el momento adecuado para implementarlo.
El notable crecimiento del parque automotor, la necesidad de disminuir los accidentes viales, de restringir el estacionamiento libre en algunas arterias y de abrir la dinámica comercial hacia sectores hoy alicaídos, fueron los argumentos que hicieron que esta iniciativa -surgida desde las oficinas de Defensa Civil- fuera votada por unanimidad hace un par de años.
“Sabemos que es un importante cambio cultural y que llevará su tiempo”, acotó Roberto Agüero, el director general de Obras de la comuna. El arquitecto indicó que el proceso de implementación también estará acompañado por la instalación de semáforos y la modificación de los tiempos en la red actual.
Además, habrá calles que conservarán la doble mano en ciertos tramos, que -de otra manera- restringirían el acceso o la salida de ciertas zonas o donde el tránsito se ve conflictuado por la presencia de escuelas u hospitales. Es el caso de la calle Zapata viuda de Marín (la del cementerio) hasta Belgrano Norte o de Lemos, Mitre, Mosconi y Monseñor Fernández desde Las Heras hacia el oeste. También Secundino Gómez, desde Laprida hasta Beltrán, una zona clave de gran movimiento escolar en la villa cabecera.
El punto sobre el cual siguen debatiendo los concejales es la calle Liniers. La propuesta del Ejecutivo es que, a fin de dar salida hacia el sur al transporte de carga, esta arteria central tenga circulación sur-norte hasta Gottardini y desde allí siga de doble marcha hacia el sur.
Dada la magnitud del proyecto, el ordenamiento requiere de gran consenso social y debate. Además, desde que fue aprobada la ordenanza, hubo grandes cambios en la circulación del lugar. En este lapso se realizaron distintas obras, como la apertura de nuevas calles y la construcción de dos grandes puentes sobre el arroyo El Molino.
“Hemos tenido que ir haciendo ajustes para que el cambio no genere problemas ni congestiones, todo lo contrario. Además, buscamos que el desarrollo comercial no se centre en la avenida Belgrano, como hasta ahora”, apuntó Agüero.
