Con la tranquilidad y sapiencia con la que suelen construirse las grandes victorias, Cementista hizo alarde del peso de sus individualidades para cerrar el año con otra copa. En la segunda final del Torneo Clausura de Primera “A”, le volvió a ganar a Mendoza de Regatas (en la ida se había impuesto por 4-1) y se consagró nuevamente como el mejor del futsal mendocino, como lo hiciera en 2013.
Para lograr el objetivo, el Poli jugó de manera inteligente. Fue paso a paso. En el primer tiempo, después de unos minutos de estudio sobre su rival, ejerció una presión alta y eso originó que el representativo del Lago se mostrara impreciso en los pases.
Gracias a ese adelantamiento y siendo ordenado en la distribución del juego, el equipo de Omar Lucero pudo abrir la cuenta recién cuando promediaba la etapa inicial, por intermedio de Lucas Díaz.
Fue un golpe anímico clave para Regatas, ya que pagaba caro una mala fortuna desde el punto del penal. La secuencia en el gol del “Tucu” nació después de que Paolo Olivera le contuviera la pena máxima a Germán Ciotti.
Este tanto le dio mayor tranquilidad a Cementista, que supo manejar los ritmos del encuentro y que sobre el cierre estiraría la ventaja cuando Renzo Grasso enarboló una contra perfecto que finalizó el ingresado Ariel Hernández por el sector opuesto de la cancha. Así, el Poli le trasladaba toda la presión a un rival que tuvo también sus oportunidades, pero que no supo definirlas.
En el segundo tiempo, Cementista no cambió demasiado su planificación. Siguió esperando su momento en el partido para volver a desnivelar en el marcador, mientras Mendoza de Regatas veía como se le esfumaban lo minutos y la chance de poder alargar la serie a un tiempo extra. Dentro de ese panorama, el Poli cuando apretaba el acelerador parecía que podía convertir el quinto o sexto antes que el tercero.
Y eso que la segunda parte llevaba escasos segundos cuando “Carucha” Grasso le puso el sello a esta definición. El partido estaba casi sentenciado, aunque el reloj todavía le daba la chance a Regatas de intentar una remontada. Sin embargo nada de eso pasó.
Los dirigidos por Pablo Stahringer no estuvieron en su mejor día cuando enfrentaron a Olivera y cada incursión ofensiva terminaba en nada. En contra partida, los del Poli gracias a la presión que ejercían en todos los sectores, hicieron que el Lago equivocara permanentemente los caminos por lo que el resultado era cosa juzgada.
En el cierre del encuentro, Mendoza de Regatas tiró la toalla ante un oponente que demostró ser superior en ambas finales y cuyo entrenador le dio participación dentro del campo de juego al resto de los jóvenes valores del mañana.
Cementista fue de menos a más durante la campaña y la coronó con un título merecido, una consagración que de alguna manera sanó la herida ocasionada por haber quedado eliminado en las semifinales de la última Liga de Honor, en la cual logró el tercer puesto y un lugar en el Torneo Sudamericano 2018.
Un merecido campeón que pierde a Carucha Grasso por un tiempo, pero que tiene material como para seguir siendo protagonista dentro de la máxima categoría de FEFUSA.
Lo que dejó la final
Los destacados 2017
Juan de Lucía, arquero de Jockey fue galardonado como el premio a la valla menos vencida en este Torneo Clausura que finalizó anoche.
En tanto que Lucas Díaz, jugador de Cementista, recibió la distinción al goleador del certamen.
Premios merecidos para dos cracks de nuestro futsal.
Despedida feliz
Lleva al Poli en la sangre y prometió volver algún día. Anoche Renzo Grasso se despidió a lo grande de Cementista, ya que por los próximo cuatro meses jugará en Italia, más precisamente en el Marigliano (Serie B). Será su segunda experiencia ahí, ya que supo jugar en el Sam Michelle.
Pepe está de vuelta
Por el lado de Mendoza de Regatas, la buena noticia a futuro es que recuperó a uno de sus jugadores más importante, como Nahuel Parada.
Pepe estuvo alejando un tiempo prolongado por una lesión de ligamentos y en la serie final aportó su granito de arena llegando desde el banco.