La actitud más opositora se cocina en la Legislatura: la denuncia de los "tres sueldos" del ministro Martín Kerchner, sueldos que en realidad eran viáticos de los consejos federales de Responsabilidad Fiscal y de Impuestos que también cobraban los ministros de Pérez; o la presión puesta sobre el secretario de Cultura, Diego Gareca, por el desaguisado de la grúa en el Teatro Griego.
No es nueva esa actitud en la Legislatura. El 12 de junio de 2016, Los Andes contaba del "grupo de los 5", conformado por los diputados Lucas Ilardo (La Cámpora), Omar Parisi (parte de lo que era La Corriente que lideraba Carlos Ciurca, ahora bajo el nombre de Frente de Agrupaciones Peronistas -FAP-), los azules Jorge Tanús, Carlos Bianchinelli y Gustavo Majstruk.
El caso de Tanús es extraño. El sector azul tiene intendentes que dialogan con el Gobierno (Alejandro Bermejo, Roberto Righi, Jorge Giménez y Martín Aveiro). De hecho Giménez es su amigo y referente en San Martín, pero Tanús está lanzado a la carrera por la diputación y en esa carrera busca confrontar con el Gobierno.
El eje de legisladores díscolos también tiene representantes en el Senado. Patricia Fadel es azul y está distanciada de "su intendente" Aveiro; sin romper del todo con su sector, suele permitirse cierta libertad de movimientos; también tiene un escaño el senador del kirchnerista Movimiento Evita, Luis Böhm.
En Legislatura se cocina más al ritmo de los vientos nacionales. Allí también hay sectores del peronismo más díscolos que otros; claramente el kirchnerismo es más duro que, por ejemplo, la CGT: el movimiento obrero quiere volver a ser la columna vertebral de la recuperación del peronismo, pero no están cómodos con el “arreo” a posiciones más duras que imprime el kirchnerismo.
Varios de los sindicalistas nunca fueron kirchneristas y no quieren sumarle a Cristina Fernández ahora.
Entre los díscolos también hay ánimo de venganza: suelen decir que los intendentes del peronismo han dado a Cornejo todo lo que Cornejo le negó a Francisco Pérez, particularmente el endeudamiento.
Alguien podría decir que es una verdad a medias. Es cierto que Cornejo le negó endeudamiento a Pérez en 2015 y casi se lo negó en 2014 (fue aprobado a mitad de año y casi la mitad de lo que aspiraba Pérez).
Pero también es cierto que Cornejo ha hecho un esfuerzo por achicar el déficit fiscal que exhiben las cuentas desde 2008 (primer año de Celso Jaque) hasta el último año de Pérez, según las planillas de ejecución presupuestaria oficiales.