Son acciones que van en secuencia. El Gobierno quiere sacarse de encima las concesiones problemáticas de áreas petroleras que registraron irregularidades mediante la declaración de caducidad y rescisiones de algunos contratos, con un solo objetivo: barajar y dar de nuevo con una ronda licitatoria de 36 yacimientos, muchos de ellos revertidos.
Así lo confirmó el subsecretario de Hidrocarburos, Minería y Energía, Emilio Guiñazú. "Estamos terminando de completar la información geológica y técnica de todas las áreas, ya que no están al mismo nivel en tal sentido. Aunque por ahora no hay un plazo, el objetivo es concretar la ronda próximamente”, señaló el funcionario.
La intención oficial es avanzar hacia el llamado lo antes posible y una posibilidad es hacerlo inicialmente con un bloque de 12, para así relanzar otro proceso de adjudicaciones luego del que resultó fallido en 2015.
Para eso, entre otros actos útiles, acaba de anular la concesión de Loma El Divisadero en manos de la petrolera Argenta. Según había anticipado Los Andes, la firma incumplió con su compromiso de inversión en el área (unos U$S 30 millones), lo que bastó para que la Provincia declarara la caducidad. La medida está concatenada con el plan de promover la inversión e incrementar la producción hidrocarburífera.
Según el Ministerio de Economía, ahora hay 12 áreas en condiciones de ser puestas a concurso público. Se trata de 8 áreas estrictamente exploratorias y 4 de las que se consideran de exploración de frontera, donde el riesgo a asumir por las empresas interesadas es muy alto y en las que se debería considerar la incorporación de incentivos”.
Entre las primeras se encuentran: Atamisqui Sur, CN III Norte, Boleadero, Loma Cortaderal, Cerro Doña Juana, CN VII A, Loma El Divisadero y Chachahuén Oeste. Con las “de frontera”, se suman Santa Rosa, Río Desaguadero, Pampa de las Salinas y Media Agua.
Ahora, tras la caducidad, Loma El Divisadero ya está en la bolsa. Probablemente Chañares Herrados (si el litigio legal alrededor de los accionistas operadores de Medanito logra una salida rápida), también pase a integrar el lote de 36 áreas que el Ejecutivo quiere reconcesionar desde este año.
Según Guiñazú, lo de Chañares depende del curso final del proceso legal.
“Es posible que se incluya y esté en condiciones de volver a ser licitada, pero no necesariamente vamos a esperarla. Es un caso complejo por la situación de los accionistas y por la existencia de varios contratos”, añadió el subsecretario.
En cuanto al potencial, en Economía saben que Chañares está en la mitad de su curva productiva pero el problema es legal: falta una última revisión para tomar la determinación final de desvincular a los actuales concesionarios que, sumidos en problemas financieros, anunciaron una capitalización superior a los U$S 22 millones para intentar seguir adelante.
A criterio del gerente operativo de una de las petroleras que más años lleva como operadora en Mendoza, “a cualquier empresa de esta industria le interesa estar en todo tipo de licitaciones: desde la mejor hasta la peor, con mayor o menor riesgo. Depende de las condiciones y compromiso que exija la Provincia”.
Según este ejecutivo, “invertir sin obtener resultados es plata enterrada en el suelo. Además del tecnológico, está el riesgo jurídico para una inversión pero a Mendoza, igual que a Chubut y La Pampa, siempre hay que echarle un ojo”.
El último intento, fallido por cierto, de adjudicar una ronda, le cupo a la gestión Pérez en 2015. Entre Emesa, la empresa provincial de energía, y el ex ministerio del área, el propósito fue concesionar al menos 11, pero el proceso iniciado en diciembre de 2014 naufragó a mediados del año pasado. La falta de interés fue evidente y así la convocatoria se declaró desierta.
Para no repetir la experiencia del gobierno anterior, el propio ministro de Economía, Enrique Vaquié, había anticipado la intención de lograr la concurrencia de “grandes jugadores”, aunque se sabe que ese logro está atado a una coyuntura en recuperación para un mercado internacional que el año pasado registró una cotización del crudo en caída.