Desde adentro: la enfermera que pelea en dos frentes; el laboral y el personal

El coronavirus no detiene su marcha alrededor del mundo y España no es la excepción, donde la curva de contagio sigue en ascenso, convirtiéndose en el segundo país de Europa con más casos (detrás de Italia) y donde el colapso sanitario es cada día más evidente, por lo que Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, extendió durante 15 días más el estado de alarma.

Nadie está exento, y la sociedad pareciera haberlo entendido, pero dentro de ella, hay personas más expuestas que otras. Es el caso de Alba Mirás, enfermera del Hospital de Bellvitge (hospital escuela al que argentinos y argentinas vienen a realizar prácticas), que ha dado positivo en COVID-19, y se encuentra aislada en su casa, procurando recuperarse para volver al campo de batalla cuanto antes.

Alba manifiesta que el inicio en Bellvitge fue brusco, siendo el primer caso el de un médico que trabajaba en otros centros y, en un abrir y cerrar de ojos, tres plantas de UCI (Unidad de cuidados intensivos) se vieron llenas de pacientes con coronavirus, provocando que el sector donde trabaja ella, destinado a personas con problemas coronarios semicríticos, se transforme también en una zona de afectados por el COVID-19.

Esta enfermera de 27 años compagina su vocación sanitaria con su pasión: la música. Y es que Alba estaba creando su segundo disco cuando su rutina se vio modificada drásticamente (como la de todos), y no sólo porque haya tenido que dejar de lado los conciertos que marcaba su calendario, sino porque la vuelta al trabajo será metódicamente distinta: "Tendremos que entrar en la planta vestidos completamente, con la bata, doble guantes, gafas y doble mascarilla, porque esa unidad estará toda infectada", advierte, y explica que el motivo principal es que cambiarse aumenta la posibilidad de contagio, además de la optimización de recursos, dado que escasean.

Alba contrajo el virus a raíz del contacto con una paciente coronaria, realizando el seguimiento habitual, y a quien, tras notarle síntomas, le realizaron el test pertinente corroborando lo que ya sospechaban, era portadora del virus. Tras esta situación, la joven catalana fue sometida a la misma prueba y, luego de confirmar el positivo, fue aislada en su domicilio.

Desde allí, manifiesta su temor por llegar a la situación de tener que elegir a quien tratar, “Me preocupa que, a raíz de la escasez de camas y respiradores, tengamos que dejar de atender a una persona de avanzada edad para priorizar la atención de alguien joven, como ocurre en Italia”, manifiesta angustiada, y procura recuperarse cuanto antes para volver “a tope”, inmunizada, y lista para contribuir con la incansable labor de sus pares.

Alba afirma que, más allá del daño que provoca el COVID-19, su contagio no es tan dañino como la propagación del mismo a gran escala y en poco tiempo, lo que generaría el colapso del sistema sanitario (incluidas las líneas de emergencia) con dramáticas consecuencias, por lo que repite una y otra vez la importancia de respetar la cuarentena, y se conmueve al ver la demostración de apoyo que recibe todo el personal sanitario por parte de la sociedad.

La cantante catalana, de origen maño, desea que todo pase cuanto antes, para cambiar los aplausos que recibe desde los balcones por los que hasta ahora la tenían acostumbrada, los de su público.