En Electric las instalaciones son las protagonistas. El diseño y la obra fueron realizados por el diseñador francés Mathieu Lehanneur y la arquitecta Ana Moussinet. El resultado, en boca del diseñador, es "impresionante por el día y mágico por la noche". Eléctrico, en todo caso.
Artistas como Kavinsky o plataformas como We Love Art ya han elegido el lugar para la presentación de sus últimos trabajos.
El centro neurálgico de este altillo de 1.000 metros cuadrados gira en torno al dosel de luces y sonido suspendido en el techo ("entre el cielo y la tierra", ha dicho el diseñador) arraigado al piso mediante varias columnas de fibra de vidrio en forma de árboles.
Majestuosos, estos árboles de cables negros trenzados se despliegan delante de un imponente ventanal que convierte el paisaje de la ciudad, con la Torre Eiffel a primera vista, en un fondo en perpetuo movimiento.
Cerca queda la mesa de coctails, la zona del bar, en la que se ha empleado madera, chapa y fibra de vidrio, y el lounge, intercalado con módulos insonorizados.
Los pisos de roble teñido, las alfombras de colores claros, el suspendido del techo y los grandes cortinajes confieren al lugar un dramatismo escénico suave que puede ser customizado, entre otros, mediante proyecciones de video.
Paleta de materiales se completa con la madera lacada y el lienzo acolchado del guardarropa.
Para el mobiliario el diseñador se ha decantado por piezas elegantes, contemporáneas y originales como las lámparas Flash y Slab de Tom Dixon, el sofá Brick de Versus, las sillas Branca de Mattiazzi, los taburetes de plástico modelado de Martino Gamper y los hexágonos de Horm.