Desde hace algunos años el avance de la tecnología aplicada a los teléfonos celulares ha generado un cambio radical en cuanto al uso y el significado que adquirieron estos aparatos en la vida de las personas. De ser simples teléfonos pasaron a ser soportes de redes sociales, herramientas de trabajo y hasta instrumentos para controlar la salud.
La señal más clara de que se sufre dependencia al teléfono celular es sentir ansiedad en situaciones en las que el teléfono no se encuentra a la alcance de la mano o no se puede contestar o chequear en todo momento mensajes o notificaciones. Según encuestas de SecurEnvoy, el 66 por ciento de las personas sufre este temor.
Este tipo de fobia a estar lejos del teléfono celular ha sido bautizada como Nomofobia. Algunas formas de reducir esta dependencia es planificar pequeños períodos de tiempo durante el día en que se puedan hacer cosas, reflexionar o leer manteniendo el teléfono apagado, aumentando de a poco los lapsos en que se permanece con el aparato fuera de línea. Otro método para reducir este nocivo hábito puede ser limitar los créditos o planes de datos de la línea.