Son útiles, sobre todo, en aquellos lugares en los que se carece o están estropeadas las cañerías de agua caliente o en los que solo existe un caño que llega a la ducha. Si querés evitar romper pisos y/o paredes para colocar otra tubería, simplemente colocá tu ducha eléctrica en lugar de la común, conéctala y listo.
PARTES Y FUNCIONAMIENTO
Estas duchas poseen una resistencia eléctrica colocada dentro de una cavidad que calienta el agua acumulada allí.
Al abrir la llave que controla el flujo del agua hacia la ducha, entra agua a presión en el cuerpo principal lo que hace que se mueva un diafragma ubicado en su interior, el cual a su vez acciona mecánicamente un soporte ubicado en la cavidad superior al que llegan el par de conductores, fase y neutro, que alimentan a la resistencia eléctrica, haciendo que las terminales de los alimentadores hagan contacto con las terminales de la resistencia eléctrica energizándola, produciéndose calor con ello.
Si el agua no tiene suficiente presión el diafragma no alcanza a moverse lo suficiente para unir ambos pares de terminales. Sin embargo, puede suceder que aunque no haya suficiente presión se alcance a mover el diafragma consiguiendo salir, pero la resistencia no logra energizarse. Por lo tanto, es importante asegurarse una buena compresión antes de elegir este tipo de duchas.
Una de las cosas que se recomienda en el uso de las duchas eléctricas, es mover el selector de temperaturas a la posición deseada antes de cerrar el interruptor que las energiza, ya que de hacerlo en el momento preciso en que la persona está bañándose, corre el riesgo de sufrir una descarga eléctrica.
Algunos electricistas cortan el cable que va conectado a tierra, lo cual es incorrecto y además presenta cierto riesgo de electrocución para el que las utiliza. Lo mejor siempre será que en caso de existir una falla eléctrica la energía se canalice a tierra por donde debe ser y no esperar a que el Neutro actúe como tierra física, por lo tanto dicho cable siempre debe estar conectado a una varilla a tierra.
PARA TENER EN CUENTA
Si ya tenés una ducha eléctrica con dos o más años de servicio y empieza a fallar, en lugar de repararla es mejor que la reemplaces, jamás debe sacrificarse seguridad por economía.
