Los memoriosos recuerdan la Semana Santa como una época con una importante carga religiosa. Desde hace algún tiempo se ha convertido en el fin de semana largo más codiciado para pequeños viajes y salidas turísticas, aunque no ha perdido la sensación de nostalgia que provoca la pascua.
Por Carla Luna
Después de la Vendimia y el comienzo de clases parece que el año realmente toma vuelo y apenas estamos tomando envión con la llegada del otoño, la Semana Santa nos da el primer bálsamo de descanso.
Esta fecha tiene particularidades únicas que la hacen distinta a cualquier fin de semana largo porque tiene una alta connotación espiritual para los creyentes evocando la entrega y el renacer, mientras que para los menos creyentes, la Pascua significa una festividad que se celebra el domingo con huevo de chocolate mediante.
Lo cierto es que la fecha tiene tintes nostálgicos que propone un receso diferente. La montaña mendocina se ha convertido en uno de los sitios más elegidos para la Semana Santa, a tal punto que el cordón de villas cordilleranas, desde Potrerillos, satura su alojamiento en esta época. Vía Crucis en la montaña y misas a cielo abierto logran transmitir sosiego espiritual, mientras que las actividades aventuras y las caminatas se complementan con el paisaje. La cruz asciende por la ladera de la montaña, en el Valle de Sol, seguida de miles de fieles que con devoción llegan hasta la cima para escuchar el eco de la oración.
El Festival de Música Clásica por los Caminos del Vino es sin lugar a duda, uno de los atractivos turísticos más amigables para la época donde las bodegas abren sus puertas para que los visitantes disfruten de un magnífico arte en medio de toneles y barricas, aromas a mosto y una buena copa de malbec. Con el paso de sus 15 ediciones, se sumaron hoteles, municipios, capillas, iglesias y sitios patrimoniales como escenario para recibir a una gama de artistas nacionales e internacionales. El encuentro musical de otoño más importante del país estará dedicado en su edición 2015 a conmemorar el nacimiento del “Padre de la Música”, el compositor alemán Johann Sebastián Bach, patrimonio musical intangible de toda la humanidad.
LOS ÁMBITOS DE CULTO CONFORMAN UN DESTACADO SEGMENTO DEL MERCADO TURÍSTICO EN MENDOZA.
EL HUEVO DE PASCUA Y EL CONEJO
Hacer huevos de Pascua con los chicos, esconderlos en un jardín para jugar a descubrirlos o romperlos buscando confites y sorpresas parecen ser una tradición de Pascua ineludible. Por supuesto que para los niños es un plan que no falla pero la realidad es que el conejo pascuero y su respectivo huevo poco tienen que ver con la Pascua que conocemos los latinoamericanos. Aunque sus orígenes no están muy definidos, se supone que la elección del conejo se debe a su conocida capacidad de procreación, de gran valor simbólico en una temporada de fiestas dedicadas a la fertilidad. Su uso se remonta a pueblos antiguos del norte europeo, que veían en la liebre un símbolo: sus fuertes patas traseras le permiten moverse siempre hacia arriba con facilidad, mientras que sus débiles patas delanteras le dificultan el descenso. Los pueblos cristianos lo han tomado como un renacer y de alguna manera genera una acción de unión y alegría para los niños casi como Papá Noel.
ESCAPADAS TURÍSTICAS
Nuestra provincia tiene un Sur ideal para visitar en cuatro días. El Atuel de San Rafael y todos sus exquisitos embalses tanto Valle Grande como Los Reyunos ofrecen turismo aventura, catamaranes, excursiones y paisajes maravillosos. Siendo complementadas por actividades religiosas como es la peregrinación de la Virgen del Valle Grande en la que 25 mil marchan en su encuentro. Malargüe tiene un sinfín de atractivos como La Payunia, declarada Patrimonio de la Humanidad, el observatorio Pierre Auger, un sitio donde se resuelve el apasionante enigma de la astrofísica contemporánea, y la naturaleza bruta del Volcán Malacara, Valle Hermoso y Los Molles, donde se han asentado nuevos emprendimientos de alojamiento y gastronomía.
Otra opción podría estar en la provincia vecina de San Luis que cuenta con paquetes especiales para Semana Santa tano en Merlo como en el Complejo Potrero Lo
s Funes. Asimismo el destino más elegido por los mendocinos sigue siendo Chile y Buenos Aires. El país trasandino tiene sus ventajas y desventajas. Por supuesto que sus playas, el encanto de sus ciudades y la posibilidad de hacer compras no se descartan pero la aduana puede ser un obstáculo tanto por la afluencia del paso como por el riesgo climático.
EL FESTIVAL DE MÚSICA CLÁSICA POR LOS CAMINOS DEL VINO ES SIN LUGAR A DUDA, UNO DE LOS ATRACTIVOS TURÍSTICOS MÁS AMIGABLES PARA LA ÉPOCA.
TURISMO RELIGIOSO
Muchos quieren aprovechar el tiempo de descanso haciendo turismo pero no perder el sentido de la Semana Santa por lo que se busca conciliar entre la fe y el paseo. Los ámbitos de culto conforman un destacado segmento del mercado turístico en Mendoza. En el turismo religioso, se pueden visitar tanto los santuarios de devoción popular como las catedrales y capillas; los monasterios o conventos. Algunos de los más destacados son el Monasterio del Cristo Orante en Tupungato, donde se puede participar de la misa, en la pequeña capilla de madera instalada desde 1996, o apreciar las artesanías.
La Ciudad ofrece un recorrido que se llama Siete iglesias, entre las que se encuentra la Catedral de Loreto, Nuestra Señora de la Merced, Basílica de Nuestra Señora de Rosario; San Juan Bosco, Sagrado Corazón de Jesús; de San Nicolás y Santiago Apóstol y la Basílica de San Francisco, donde descansan los restos de Mercedes, hija del Gral. San Martín.
La iglesia de La Carrodilla declarada Monumento Nacional, fue edificada en 1840 en la casa de la familia Solanilla, quienes trajeron desde España la imagen que hoy se venera como la “Patrona de los Viñedos”. Finalmente, El Calvario que data de 1840 y se encuentra en las proximidades de la Iglesia de la Carrodilla. Las bases de las columnas, que recuerdan las estaciones de la vía dolorosa, son de piedra del lugar. Es el más antiguo del país y lo visitan millares de devotos.