Su valor no queda en evidencia sólo porque sus páginas datan de épocas anteriores, inclusive, a acontecimientos políticos y sociales clave para la provincia y el país, como por ejemplo, la Revolución de Mayo o la Declaración de la Independencia.
Los ejemplares que descubrieron los especialistas y personal de la Biblioteca General San Martín al reabrir la cámara en la que se atesoran las denominadas "pre joyas", confirman el elevado patrimonio bibliográfico con el que cuenta Mendoza.
De hecho, si bien en total en diferentes espacios de la biblioteca se alojan al menos 3 mil ejemplares antiguos (inclusive algunos datan desde antes del año 1700), hay cerca de mil que aún esperaban ser puestos a punto para pasar a formar parte del "tesoro oficial" de la provincia. Inclusive, una porción de ellos, aún ni siquiera formaban parte del inventario de la institución ni tenía el sello identificatorio.
El hallazgo, explicó la directora de la biblioteca, Marta Babillón, se logró en el marco de la realización de un proyecto destinado a retomar la tarea de preservar y conservar los libros más antiguos que hay en la provincia. "Hay algunos, por lo menos seis, que no están en los listados anteriores. Son libros principalmente escritos en latín y de tipo religioso que no aparecen en los catálogos ni tienen el sello de la biblioteca", detalló Babillón al recordar la sorpresa del momento del hallazgo y agregó que en la mayoría de los casos se desconoce la huella de su origen, pero se supone que provienen de donaciones que recibió la biblioteca -que tiene 195 años- en distintos períodos.
Cristina Moretti es una de las profesionales y especialistas que se encuentra en el trabajo de rescate de las joyas bibliográficas. Ella, de hecho, presentó el proyecto para afrontar con su equipo las tareas de cuidado y conservación de las piezas. Hace 25 años realizó los primeros trabajos que se extendieron por cinco años, entre 1993 y 1998.
Por falta de presupuesto, las tareas quedaron inconclusas, hasta hace un mes.
Moretti es master en Biología, especialista en restauración y durante años investigó sobre los hongos que degradan el papel. “En los '90, lo que hicimos fue limpiar y dejar instrucciones sobre la preservación de 2 mil ejemplares”, explicó la especialista y detalló que entre las consignas que se cumplieron para cuidar del material figura el mantenimiento de determinados parámetros de temperatura y humedad con los que deben contar las cámaras de conservación.
Los cuidados técnicos a la hora de abordar cada pieza para su limpieza también son exhaustivos y de hecho, desde la biblioteca impulsaron una capacitación a bibliotecarios, de manera que estén al tanto de los cuidados que requieren los ejemplares. "Hay libros que hemos vuelto a revisar y están muy bien. Pero la verdad es que cada uno es un mundo. Aún hay al menos mil ejemplares por revisar", explicó la profesional que se desempeñó durante muchos años como docente y restauradora en el Archivo General de la Nación en México.
De ahora en más, la ardua tarea de poner las piezas a punto y revisarlas página a página se extenderá por al menos un año. En general, destacó Moretti, son libros en su mayoría escritos en latín y francés. Versan sobre religión, filosofía, geografía y literatura. "Ya hay cincuenta que están listos para su conservación", detalló la especialista al referirse a estado de avance de los trabajos.
Para concretar las tareas, la biblioteca cuenta con laboratorio en el que se analizan las piezas y se efectúan los trabajos de revisión y conservación, como por ejemplo, limpiar las páginas de microorganismos que pudieran degradar el papel. A las tapas de cuero, inclusive, se les aplica una resina especial.
Pero la labor del equipo abocado a la protección de este valioso patrimonio cultural, entre los que también se encuentra la especialista en preservación Marta Moretti, no se agota allí.
Explicó Babillón, lo que se está encarando en forma paralela, es el control de todas las joyas bibliográficas (en total unas 3 mil) de manera de descartar que hayan sido afectadas. "Paralelo a eso estamos trabajando con las pre joyas, que es todo el trabajo que se le hace a esos libros para ser incorporados a lo que denominamos joyas", dijo la directora de la biblioteca.