Un grupo de conservación llamado Sea Legacy fue testigo de las últimas horas de vida de un oso polar que se arrastra en busca de comida, en lo que representa un crudo retrato de los efectos del cambio climático.
Las imágenes, que fueron filmadas en el último verano boreal del Ártico canadiense, muestran al animal famélico y extremadamente demacrado alimentándose de un tacho de basura.
Fue el fotógrafo Paul Nicklen quien compartió el triste video para concientizar acerca del sufrimiento de unos 25.000 osos polares que enfrentarán su extinción en los próximos 100 años.
Nicklen estaba acostumbrado a ver osos salvajes, ya que creció en el extremo norte de Canadá, pero nada podría haberlo preparado para esa imagen.
"Nos quedamos allí llorando, filmando con lágrimas rodando por nuestras mejillas", contó a la revista National Geographic. El fotógrafo dijo que quería intervenir, pero que no podía hacerlo sin carne de animales con alto contenido de grasa.
"La simple verdad es esta: si la Tierra continúa calentándose, perderemos osos y ecosistemas polares enteros", afirmó el documentalista, quien detalló era un oso macho pero "no era viejo".
"Así se ve el hambre. Los músculos se atrofian. Sin energía. Es una muerte lenta y dolorosa", escribió en la descripción del video que subió a su cuenta de Instagram.
Para el fotógrafo, la única realidad es la siguiente: "Si la Tierra continúa calentándose, perderemos osos y ecosistemas polares enteros".
"A medida que las temperaturas aumentan y el hielo marino se derrite, los osos polares pierden el acceso al alimento básico principal de sus dietas, las focas", indicó el fotógrafo. "Hambrientos y sin energía, se ven obligados a deambular por los asentamientos humanos en busca de cualquier fuente de alimento", añadió.
En el texto que Nicklen ha publicado junto al video del oso polar, el biólogo ofrece algunos consejos para intentar retrasar los efectos del calentamiento global.
"Debemos reducir nuestra huella de carbono, comer la comida adecuada, dejar de talar nuestros bosques y comenzar a poner en primer lugar la Tierra, nuestro hogar", acotó, pero advirtió que mientras tanto hay que “buscar soluciones para los océanos y los animales que dependen de ellos, incluidos nosotros, los humanos".