Ken Loach (77), quizá el cineasta de izquierda más perseverante de Gran Bretaña, con una carrera de cinco décadas en la que aún brillan títulos como “Agenda secreta” (1990), “Tierra y libertad” (1995) o “La canción de Carla” (1996), estrenó en 2012 “La parte de los ángeles”, una comedia dramática en la que retoma sus obsesiones político-sociales de siempre, aunque esta vez en tono de fábula optimista, humorística y metafórica.
Aquí los personajes centrales son un cuarteto de desempleados y marginales que se conocen cuando son sentenciados a realizar trabajos comunitarios luego de haber cometido algunas fechorías.
El primero en aparecer es Robbie (Paul Brannigan, un ex convicto en la vida real, que debutó en la actuación con este papel y ganó el premio Bafta escocés 2012 a la mejor interpretación masculina), quien conoce a los otros malhechores -Albert, Mo y Rhino- cumpliendo condenas similares a las suyas.
Robbie es irascible, tiene un pasado violento pero está desesperado por trabajar y hacerse un camino en su dura vida. Por otro lado espera un hijo con su novia, aunque no es aceptado por la familia de ella.
Un encadenamiento de circunstancias llevará a estos cuatro personajes a relacionarse con un botín impensado, cuando el supervisor del servicio comunitario los lleve, durante un descanso, de gira por una destilería de whisky y después a una degustación en Edimburgo. Allí Robbie terminará descubriendo que tiene grandes dotes de catador, algo que iluminará al cuarteto para pergeñar el gran golpe que puede salvarlos para siempre: robar un tonel de whisky refinadísimo que puede llegar a venderse en más de un millón de libras.
Es así que, vestidos con kilts (las polleras masculinas típicas de Escocia), emprenderán un viaje a la región montañosa de las Tierras Altas de Escocia para internarse en el desconocido y excéntrico mundo de sibaritas del llamado “licor de oro” y de los millonarios capaces de gastar fortunas por adquirir las variedades más cotizadas de la bebida nacional escocesa.
Y es precisamente de aquí de donde surge el título mismo del film. “La parte de los ángeles” hace referencia al 2 por ciento de alcohol que se evapora cada año en las barricas de guarda.
La banda de sonido de la película incluye temas como el contagioso “I’m Gonna Be (500 Miles)”, interpretado por los escoceses The Proclaimers.
Palabra de autor
El mismo Ken Loach se encargó de describir su película como “una fábula en tono de comedia que, al mismo tiempo, puede leerse como una metáfora sobre la sociedad británica”.
“En el fondo -sigue Loach- la sola idea de que alguien pueda llegar a gastar un millón de libras en un whisky, no tiene nada que ver con el gusto o la calidad. Es sólo el estatus de poseerlo. En esta película quiero exponer la hipocresía de tantos millonarios que gastan su dinero en extravagancias que ni ellos mismos entienden”.
Para Loach, los protagonistas de “La parte de los ángeles” “son la segunda generación de las víctimas desempleadas de los ochenta, producto del desmantelamiento privatizador de Margareth Thatcher que llevó a la mayor desocupación del país desde los años 30. Desde entonces no hubo ningún proyecto para generar trabajo, que quedó supeditado a las leyes de mercado. Hoy, con la caída del comunismo, el capitalismo invade cada parte de nuestra vida”.
Casi como contrapartida de esta cruda realidad es que el realizador presentó en el Festival de Berlín de este año su flamante documental “El espíritu del 45”, en el que celebra la creación del Estado benefactor por parte del gobierno laborista de 1845-51 y su política de nacionalización, que creó miles de empleos.
Días y horarios
“La parte de los ángeles” se exhibe: hoy y mañana a las 22, sábado a las 18 y a las 23, domingo a las 18, lunes a las 20 y miércoles a las 20 y a las 22.