Descarriló en Caballito

Independiente jugó un feo partido ante Ferro y la sacó barata ante un rival armado para pelear el ascenso. El 2-1 fue generoso con el Azul.

Descarriló en Caballito

Ya lo había dicho Canedo en la semana: "Me gusta jugar con un 4-4-2 como sistema. Eso me permite tener variantes en el juego". El DT marcó las diferencias con respecto a Quinteros y lo dejó en claro en el debut.

Con ese esquema táctico definido salió a plantarse en Caballito, buscando ser un elenco corto con mucha presencia en la mitad de la cancha. La idea estaba firme: coparle el medio a Ferro y encontrar los espacios para lastimar arriba.

De arranque, el azul se paró sin problemas, desdoblándose Villarreal y Díaz en la contención y ocupando los huecos que dejaban sus compañeros.

Pero con el correr de los minutos el local fue creciendo y jugando más en campo rival siempre con Salmerón como referencia. Ya había avisado Ojeda que sus trepadas podían traer peligro por izquierda.

En la primera entrada punzante resolvió mal, pero en la siguiente no perdonó y sentenció a Scapparoni con un disparo alto. La banda marcada por Aguirre y Parisi (derecha de Ferro) fue la más propicia para atacar del verde, ganando los duelos Sebastián Ménguez contra ambos hombres visitantes. Perazzo apostó a progresar por los costados y acertó en el libreto.

¿Qué hizo la Lepra? No terminó de reaccionar y se perdió en insinuaciones, con cierto criterio para manejar el balón pero sin profundidad y peso en los metros finales.

Así la historia sería cuesta arriba más allá de los apellidos. Un primer tiempo más para analizar y trabajar que para irse satisfecho para el Pitu en el banco. Preocupante desde todo punto de vista.

Nada cambió en ese tramo de lo mostrado en casa contra Central Córdoba. Cualquier tipo de reacción se desactivó rápido para Independiente, porque el dueño de casa aprovechó un error defensivo y Vizcarra metió la cabeza para estirar la diferencia.

Golpe letal y muy complicado para levantar. Canedo modificó el dispositivo y se la jugó, poniendo al Flaco Pereyra y sacando a un volante tratando de revertir un trámite muy desfavorable, desde el desarrollo y el resultado.

También Abelairas se hizo presente soñando con algo de fútbol y precisión. Aun siendo superado y jugando mal, se encendió Gautier en una acción aislada y puso algo de suspenso. Pero no alcanzó. Independiente careció de fundamentos sólidos y descarriló en Caballito.

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