Desazón y enojo

La prohibición de la publicidad callejera a las bebidas alcohólicas y la caída en el consumo local y en las exportaciones, tienen en vilo a la actividad vitivinícola.

Desazón y enojo

Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com

Las mesas de café eran las mismas y los actores también. Pero lo que cambió fueron los rostros, porque ahora predomina la molestia -en algunos casos la indignación- y la desazón ante lo que consideran "un panorama demasiado complejo" para la actividad vitivinícola. La realidad marca que los planetas no están alineados para un posible desarrollo de la industria y los problemas surgen de un combo bastante problemático, en razón de que se mezclan situaciones económicas y políticas que inclusive llegan a afectar los mercados interno e internacional.

Dos frases podrían resumir el pensamiento del sector. Por un lado Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina, quien destacó que la dirigencia política de la Capital Federal golpeó a la vitivinicultura con la sanción de una ley que no permite la publicidad callejera de las bebidas alcohólicas, indicando que "no nos vamos a quedar de brazos cruzados, vamos a dar pelea". Por el otro, Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, quien aseguró que "(Diego) Santilli, vicejefe del Gobierno porteño nos mintió, nos dijo que no estaba de acuerdo con la ley y que tenía 28 legisladores en la Cámara, pero resulta que la ley salió por unanimidad".

Los dos dirigentes coincidieron también en la preocupación de que un posible y futuro impuesto al vino pende como una Espada de Damocles sobre la actividad.

Son varios los problemas que afectan al sector y por ese motivo también es necesario abordarlos en forma individual. El primero de ellos la sanción de la Legislatura porteña de una ley que prohíbe la publicidad callejera de las bebidas alcohólicas. Para la industria, incluyendo a los bodegueros, es un golpe muy duro, mucho más en el momento en que se adopta: la cercanía de las fiestas de fin de año. Aseguran que la medida se adoptó para intentar "cubrir" lo que sucedió con una fiesta "clandestina" realizada en la Capital Federal en la que murieron cinco personas, pero ninguna de ellas por el alcohol, sino por el consumo de drogas sintéticas. "En ese marco, en lugar de aceptar el error y de profundizar los controles, procedieron a romper un vidrio para que la gente crea que están haciendo algo. Fuimos el chivo expiatorio" aseguraron.

La inquietud se centra también en que en muchos de los casos, lo que sucede en la Capital Federal suele reflejarse en las provincias y, en ese sentido, se indicó que un proyecto similar estaría por ser tratado en la Legislatura chaqueña. "Estas estupideces no conducen a nada", dijo un empresario bodeguero, quien destacó entonces que la vitivinicultura "desde siempre" ha bregado por un consumo moderado de alcohol y ha apoyado todas las leyes que establecen  penas para quienes conducen superando las normas existentes en cuanto a cantidad de alcohol en la sangre.

De todos modos, la preocupación también pasa por lo que pueda ocurrir en el futuro. En ese esquema, destacan que de la ley aprobada en la Capital Federal a una que establezca algún tipo de impuesto nacional a las bebidas alcohólicas, incluyendo al vino, "hay un pequeño paso". Fundamentan su planteo en el hecho de que, pese a las promesas, no ha sido aprobada la ley que exime al champagne del impuesto a las bebidas suntuarias, por lo que habrá que esperar, como sucede todos los años, que el propio Presidente de la Nación lo haga a través de un decreto.

Frente a ese panorama, los sectores han señalado que están dispuestos a "dar pelea" para revertir la situación. Lo harán a través de gestiones institucionales, como las que han realizado a nivel de entidades y también de recursos de amparo que presentarían las bodegas a nivel individual.

"Pero son sólo medidas transitorias", destacaron, para agregar que "lo que está sucediendo provoca que nos unamos y salgamos juntos a enfrentar los problemas". Valdría aclarar también que hay molestia -aunque no lo digan públicamente- por el hecho de que "en la lucha estamos muy solos.

Hay algunos legisladores nacionales que nos acompañan, algunos legisladores provinciales que han manifestado su intención de protestar y el Gobierno provincial ha enviado a un ministro (Vaquié) para que nos acompañe en Buenos Aires. Pero todo es muy ligth, muy blandito. Lo que tendría que hacer (Alfredo) Cornejo es levantar el teléfono y hacer el reclamo directamente a Macri", dijo un dirigente.

Lo real y concreto es que todo lleva a indicar que la industria no va a quedarse de brazos cruzados ante lo que considera un avance de la política sobre la actividad.

Sobre llovido…

El funcionamiento del mercado es otro de los motivos de preocupación para la industria. Los números dados a conocer por el INV para el mes de octubre profundizaron la inquietud. Octubre solía ser el mes que aprovechaban las grandes cadenas de comercialización de la Capital Federal y el conurbano bonaerense para stockearse ante la proximidad de las fiestas de fin de año. Sin embargo, la comercialización en ese mes cayó un 8 por ciento. Se han perdido de vender 66 millones de litros de vino en el mercado interno y casi 9 millones en exportaciones, lo que da una idea de la seriedad del problema. "Estamos yendo en contra de la corriente, porque en un mercado en general que tiene un consumo que va hacia la baja, nosotros nos vemos obligados a subir los precios por la falta de caldos", dijo un bodeguero, quien aseguró que se está yendo hacia una situación similar a la de 2010, en que también hubo un stock muy acotado y que lo que se perdió en aquel año después no se recuperó. "Con otra diferencia, en aquel año había un horizonte, con mejores expectativas", dijo.

Respecto de lo que sucede con las exportaciones, se indicó que una leve recuperación del dólar podría resultar positiva, "pero resulta que ese aspecto se diluye inmediatamente con el aumento de los costos por la inflación", a lo que agregan que, pese a los reclamos, no hay soluciones respecto de los fletes. "Las exportaciones de vinos son similares a las de la carne, sin embargo a nosotros nadie nos tiene en cuenta porque somos una economía regional y sí se habla de la carne porque está en la Pampa Húmeda…" se quejó un dirigente del sector.

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