No es un secreto para nadie que saltearse el desayuno es una de las peores estrategias para perder peso. Pero los investigadores del Imperial College de Londres encontraron un nuevo fundamento que respalda esta verdad indiscutible.
Para el estudio que realizaron, se utilizó un escáner especial que examinó cómo los hábitos alimenticios afectan el centro de “recompensa” del cerebro, que cumple un rol esencial en la respuesta del cuerpo a los placeres. Participaron 20 personas sanas sin problemas de obesidad, que omitieron el desayuno antes de ser escaneadas. Durante la prueba, miraron fotos al azar de alimentos altos en calorías (como pizza, torta y chocolate) y bajos (verduras, pescado y ensaladas).
Cuando las personas vieron alimentos altos en calorías, el centro de recompensa se iluminó claramente y se hizo más activo, en contraste a la reacción nula frente a un alimento bajo en calorías. Por el contrario, cuando los participantes atravesaron la misma evaluación habiendo ingerido su desayuno, el centro de recompensa no mostró ninguna actividad significativamente mayor al ver las fotos de las comidas más calóricas.
Tony Goldstone, uno de los investigadores involucrados, sostiene: "Nuestros resultados apoyan los consejos para comer un desayuno saludable como parte de la prevención y el tratamiento dietético de la obesidad. Cuando la gente saltea comidas -especialmente el desayuno- los cambios en la actividad cerebral pueden dificultar la pérdida de peso e incluso promover su incremento".
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