Las crónicas policiales aparecidas en los últimos meses permiten establecer que hay “filtraciones” o falencias en la aplicación de la ley referida al funcionamiento de los desarmaderos, mientras también se observan problemas para el control de las autorizaciones para que puedan desarrollar su tarea. Una simple recorrida, especialmente por los accesos Este y Sur, permite establecer que se ha multiplicado la aparición de desarmaderos, muchas veces improvisados, ya que la gran mayoría de ellos no cuentan ni siquiera con un cartel que demuestre la actividad.
Semanas atrás se realizaron dos importantes allanamientos en chacaritas que funcionaban en la Zona Este, donde se comercializaban autopartes de vehículos que habían sido robados. De acuerdo con la crónica, los ilícitos comprendían también “pedidos” expresos sobre determinados autos que necesitaban para la venta, destacando que una vez robado, el vehículo pasaba por un sector donde se lo desarmaba hasta llegar, por partes, a las chacaritas, donde incluso las partes sufrían adulteraciones, como los números de motores y de chasis.
Se indica por otra parte que se comprobó la existencia de una gran cantidad de autopartes de dudosa procedencia, como así también documentación apócrifa, no sólo de vehículos sino también de cédulas de identidad, DNI de personas y también patentes de autos que no figuraban como robados. En la oportunidad fueron imputadas 14 personas, las que de inmediato quedaron en libertad en razón de que la calificación de “asociación ilícita” que pesó sobre ellos contempla una pena que permite su excarcelación.
Días después, la policía realizó dos allanamientos en gomerías de Guaymallén y de Las Heras, en las que se vendían cubiertas nuevas y usadas a valores que no se condecían con los que existen en el mercado.
La publicación de los hechos permitió conocer entonces que, de 50 desarmaderos que actualmente están funcionando en Mendoza, sólo 4 figuran como inscriptos y los 46 restantes no cumplen con lo que determina la ley. Lo extraño del caso es que existen dos normas legales que regulan el funcionamiento de las chacaritas o desarmaderos. La ley provincial 7558, sancionada en julio de 2006, contempla la creación de un Registro de Comercialización de Elementos y Materiales Usados, en el que deberán inscribirse las personas que desarrollen ese tipo de actividades.
Expresa que deberán constar con inscripción municipal y en la policía de Mendoza y llevar un libro oficial de ingreso y egreso de mercaderías. Destaca que el incumplimiento a las disposiciones facultará al organismo a aplicar sanciones legales, al decomiso definitivo en caso de no contar con documentación respaldatoria de la posesión y tenencia de la mercadería y a la clausura del establecimiento, fijando que, en el caso de reiteración, esa clausura será definitiva.
Por su parte, la ley nacional 25761, que reglamenta el Régimen Legal para el Desarmado de Automotores y la Venta de Autopartes, especifica que para desarrollar la actividad deberán estar inscriptos en el Registro Unico de Desarmaderos de Automotores y Actividades Conexas, aclarando en su articulado qué tipo de piezas pueden ser vendidas, las que suman solamente 30, destacando que las restantes deben ser destruidas. En los hechos, las autopartes que se venden en las chacaritas superan esas 30 y nunca en Mendoza se procedió a la destrucción de las restantes, según explicaron las propias autoridades judiciales.
Según se señala, en la provincia se produce el robo de una cifra importante de vehículos por día. Los mismos no desaparecen por arte de magia sino que, o son vendidos como tales o son desarmados y vendidos por partes en las chacaritas. Ejercer un control sobre la venta de autopartes podría contribuir entonces a reducir ese tipo de delitos.
