Las llamadas entre Soledad Olivera -la mujer de 28 años que desapareció en Lavalle en noviembre de 2011- y el cuñado de Johana Chacón (13), volvieron a complicar al hombre que esta vez quedó detenido y acusado de privación ilegítima de la libertad. En noviembre del año pasado había sido imputado por decir que no conocía a Soledad.
Por estas horas, la investigación que lleva adelante el fiscal especial Santiago Garay para determinar qué pasó con Soledad volvió a centrarse en un potencial sospechoso: Mariano Luque (30).
Este hombre que está en pareja con la hermana de Johana -Beatriz Chacón (18)- y que además daba asilo en su vivienda a la niña desaparecida hace casi un año, ayer pasó a ocupar un calabozo del ex Contraventores después de que el fiscal lo imputara por privación ilegítima de la libertad.
Es que las llamadas y mensajes existentes entre su celular y el de la desaparecida Soledad le sirvieron al fiscal para determinar que el rastro de ella se perdió cuando ambos iban a juntarse. Una prueba importante es la comunicación que mantuvieron minutos antes de que Soledad fuera vista por última vez la tarde del 11 de noviembre de 2011. "Nos dijo que iba hasta la finca de los Curallanca porque Mariano le había mandado un mensaje", repitió ayer nuevamente Marcela (22), una de las hermanas de Soledad.
Las comunicaciones entre la joven madre de tres niños y Luque eran frecuentes ya que entre ellos había existido una relación amorosa que para cuando la mujer desapareció ya había terminado. "Él insistía en volver con ella pero mi hermana no quería", siguió Marcela. "La tarde que Soledad tenía la intención de volver a mi casa, cuando salió dejó el lavarropas funcionando y nos dijo que regresaba en un rato", agregó la joven.
El nombre de Luque no es nuevo en la causa; ya el 6 de noviembre del año pasado, el fiscal lo imputó por falso testimonio cuando negó conocer a Soledad, algo que tanto el registro de los movimientos de su celular como la familia Olivera contradijeron. "Cómo va a decir que no nos conoce", se preguntó Marcela con un dejo de alivio y esperanza tras la detención de ayer. "Creo que mi hermana y Johana están vivas. Ojalá él ahora diga dónde las tienen", comentó.
Conexión con Johana
"Es muy extraño, todo termina en el mismo lugar", comentó ayer Marcela aunque indicó que no acusa a nadie en particular. Su especulación no está muy lejos de acercarse a los hechos más concretos que tiene la investigación: Johana fue vista por última vez el 3 de setiembre pasado cuando entraba a la finca de los Curallanca, ubicada sobre calle 4 del distrito Tres de Mayo de Lavalle; Soledad también desapareció cuando iba hacia ese lugar.
Por sus casos se han hecho varios allanamientos y la Justicia ofrece recompensa.
Por el momento todo apunta a la finca de los Curallanca donde el año pasado se encontraron huesos quemados con brea.