Una diminuta rana de árbol parece estar usando los desagües urbanos para amplificar sus serenatas y atraer hembras. En una investigación publicada por la Revista de Zoología, los investigadores descubrieron que la rana de árbol mientien, nativa de Taiwán, se congrega en alcantarillas al borde de los caminos durante la temporada de apareamiento.
Grabaciones de audio revelaron que el llamado de apareamiento de las ranas dentro de estas estructuras era más fuerte y largo que el de sus rivales menos astutos, quienes se reunían en franjas de tierra cercanas a los desagües.
“Quizás sea el primer estudio que demuestra que un animal utiliza preferentemente estructuras hechas por el hombre para aumentar potencialmente el sonido de sus señales vocales de comunicación”, dice Mark Bee, biólogo de la Universidad de Minnesota, en Twin Cities, San Pablo.
“Estos machos podrían estar sacando ventaja de una mejor acústica en las zanjas de drenaje para superar a su competencia”, considera.
La habilidad de las ranas para amplificar sus voces es un fenómeno conocido. En 2002, investigadores demostraron que ranas machos Metaphrynella sundana de Borneo usan cavidades de troncos huecos en sus hábitats naturales para aumentar el volumen de sus llamados.
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En este último estudio, un equipo liderado por el zoólogo Yu Teh Kirk Lin, de la Universidad Nacional de Taiwán, en Taipei, estudió ranas de árbol Kurixalus idiootocus en un suburbio arbolado de Taipei durante la temporada de apareamiento, que dura de febrero a setiembre.
Los machos de la especie exhiben un ritual conocido como “lekking”, y forman grupos (o “leks”) durante la temporada de apareamiento para competir por hembras con cierto tipo de comportamiento de cortejo; en este caso, cantando.
El equipo descubrió que las ranas de árbol urbanas usaban desagües abiertos de concreto junto a los caminos como sitios de “lek”; drásticamente diferentes a los de sus hábitats naturales, donde se reúnen en charcos para croar.
Los investigadores establecieron al azar 11 parcelas de 10 metros de largo y 0,5 metro de ancho dentro de los desagües, y secciones adyacentes de tierra de 10 metros de ancho fuera de las alcantarillas, para monitorear en la noche cuando las ranas hacen sus llamados de apareamiento.
Los investigadores encontraron más ranas de árbol reunidas en las alcantarillas de concreto que en las áreas adyacentes.
Descubrieron que para hacer sus llamados de apareamiento las ranas seleccionaron los desagües pluviales mucho más seguido que otros lugares; dentro de los desagües se encontraron, en promedio, 1,64 machos por metro cuadrado (poco más de 7 por sitio), y solo 0,02 machos por metro cuadrado (casi 2 por sitio) en el exterior.
Éxito romántico
Los llamados emitidos desde dentro de las alcantarillas fueron más fuertes y largos que los del exterior, ambos criterios de selección de pareja muy importantes para las exigentes hembras de muchas especies de ranas, dice Lin.
Aunque imposibles de distinguir con el oído humano, un programa computacional de análisis acústico reveló que los llamados desde las alcantarillas eran casi 4 decibeles más altos que los del exterior.
La duración de las 13 notas del canto de una rana también fue 10 por ciento más larga cuando el llamado era emitido desde dentro del desagüe.
Pero el estudio no evaluó si estos machos de hecho fueron más románticamente exitosos que sus contrapartes. Los autores dicen que se necesitan más estudios para confirmar que los machos se meten en los desagües específicamente para amplificar sus llamados de apareamiento.
Bee señala que pudiera haber otras razones, como evitar depredadores, por las que las ranas se meten en estructuras hechas por el hombre. Todavía hay que eliminar hipótesis alternativas, agrega.
