Ya transitamos casi todo el mes de setiembre y aun no comienzan las obras de remodelación y puesta en modernidad del Arco del Desaguadero, tal vez el principal ingreso terrestre a nuestra provincia.
Estos trabajos son sumamente importantes para colocar ese estratégico punto en la modernidad y brindar al viajero servicios acordes con los tiempos que corren. Se dividen básicamente en tres frentes: la recuperación del arco como espacio histórico, el ingreso y egreso del tránsito y algunas obras de infraestructura para el pueblo.
El gobierno provincial sabe de la importancia de estas necesidades y el primer mandatario las puso como una de las prioridades de gestión en el discurso de apertura de sesiones ordinarias ante la Asamblea Legislativa, el pasado 1 de mayo.
Entonces, se anunciaba, descartamos de buena fe, que las obras empezarían de tal forma que iban a ser inauguradas en octubre, al cumplirse 80 años de la habilitación de ese monumento histórico, ícono del turismo provincial, levantado en la gobernación de Guillermo Cano (1935/38). Eso lamentablemente ya no ocurrirá por la inminencia de la fecha, pero el compromiso debe mantenerse y hacer los esfuerzos de comenzar cuanto antes el emprendimiento, que dará otra realidad social y económica al postergado paraje.
El proyecto es interesante porque no se trata solo de la fachada y algunos cambios más sino de un plan vial: está previsto que el ingreso de automotores se produzca por el arco propiamente dicho y el egreso por detrás del pueblo de Desaguadero, dando fluidez a la circulación de los rodados. Además, y para agilizar los desplazamientos de ida y de vuelta, la intención es que exista un único control fitosanitario y policial entre las provincias de San Luis y Mendoza.
Asimismo, se prevé instalar un escáner y reforzar los controles y la seguridad a la entrada a nuestro territorio, sistema que ahora deja muchos vacíos. Y obviamente se refuncionalizará la actual hostería, convirtiéndola en un lugar moderno y agradable, un verdadero parador para hacer un pausa antes de hacer el tramo final hasta la capital mendocina.
No hay que olvidar que desde 2012 el gobierno de San Luis dispone de una isla de servicios en su jurisdicción, un amplio complejo de edificaciones destinado a la atención de los viajantes, que fue levantado en pleno desierto puntano, a la vera de la ruta nacional 7 y a solo 2 kilómetros del Arco que da ingreso a Mendoza.
“Sentite como en un oasis”, invita un cartel a la entrada del complejo, formado por una decena de construcciones y un centro cívico.
Es justo lo que tiene que hacer Mendoza, por su apuesta al turismo y como continuación de la gran realización que significa la actual modernización del aeropuerto internacional de El Plumerillo, que brindará a la provincia disponer de una terminal área y pista de primera generación.
Mientras tanto, y en el lado mendocino, Desaguadero cuenta para la atención del turista con una hostería concesionada que deja mucho que desear, tres comedores familiares repartidos en casas humildes, algunas gomerías, un hospedaje, un informador turístico (de 2006) y no mucho más. Sí, debe destacarse, que la localidad inauguró un moderno edificio para la escuela 2-044 Ciudad de la Paz y ya comenzaron las obras para hacer el nuevo hospital Arturo Illia, una necesidad muy sentida para la pequeña población lugareña, y que era una postergación de años.