No se equivoca Taras Nechiporenko, el nuevo CEO del proyecto San Jorge cuando dice que este emprendimiento es un desafío. El hombre ya estaba haciendo negocios cuando cayó el Muro de Berlín en el '89 y siguió dedicándose a esa actividad luego. “He visto de todo, sé cómo se manejan los negocios que parecen imposibles”, dice desafiante. Los rusos llegan en un contexto especial para la actividad minera.
Como dijimos, la Corte todavía no se expide sobre la constitucionalidad de la ley 7722, el año pasado la minera Vale paralizó su proyecto en la provincia y los empresarios del sector le entregaron hace días un proyecto de ley al titular de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús, para que se declare la emergencia minera. La Barrick, en Chile, sigue recibiendo denuncias. Esta semana acusaron a los empresarios de tergiversar la situación del proyecto binacional.
Acción que, si prospera, demorará más el inicio de los trabajos en San Juan. Recordemos que el freno de las obras impactó en trabajadores y pymes locales que realizaban tareas para la Barrick. Como broche, el grupo Instituto Fraser, que realiza investigaciones mineras, en su ranking del año pasado, colocó a Mendoza entre los 10 lugares del mundo con más dificultades para invertir en el sector e indicaron que las inversiones se llevan a cabo en estados en los que hay desarrollo industrial, seguridad política, financiera e institucional. El informe fue publicado por Los Andes el 13 de abril.
A todo esto, le tenemos que sumar los problemas internos de tipo de cambio y la inestabilidad del precio de los metales en el mundo. Más allá de este contexto, los nuevos inversores afirman que saben esperar para concretar sus negocios. Dicen que no realizan inversiones sólo por un año y que no se van ante un cambio de escenario, entre otras cosas, porque tienen claras las posibilidades de desarrollo que hay en Mendoza y en Argentina. Mientras tanto, el tiempo ya está corriendo…