Haber perdido la final de la Copa América con Chile y que la Selección tuviera un arranque flojo en las Eliminatorias Sudamericanas camino a Rusia 2018 pusieron a Gerardo Martino en la cornisa. A los críticos de primera hora no les importó que el DT de la Selección no pudiera contar con Lionel Messi en los últimos cuatro partidos ni con Sergio Agüero y Carlos Tevez, entre otros, en la reciente doble jornada.
ampoco pudieron ver el avance que tuvo el equipo, tras el paso en falso ante Ecuador en el arranque, en el empate frente a Brasil. Los dardos estaban apuntados contra la humanidad del entrenador rosarino. Y más allá de lo futbolístico también hablaban de una mala relación con algunos de los jugadores más representativos.
Sin embargo y a pesar de las urgencias y necesidades del equipo, principalmente desde lo numérico, a el Tata pocó le importó los ataques a la hora de mantener su estilo. La idea no la cambió por nada del mundo y por el contrario la ratificó. Como también su confianza en los jugadores, a los que bancó y sacó de escena con una gambeta de sus épocas de player. Y los jugadores, quienes deciden dentro del campo de juego, respondieron. Bancaron al DT desde lo futbolístico. Las palabras quedaron de lado y Martino recibió un fuerte espaldarazo tras la sólida actuación colectiva que tuvieron en la victoria ante Colombia en la pesada Barranquilla.
Ya el nivel que mostró en el primer tiempo ante Brasil en Buenos Aires había dejado un buen presagio. El equipo estaba en levantada. Y este proceso dio otro paso fundamental al obtener su primer triunfo ante los de José Néstor Pekerman, donde más allá de la gran tarea de Lucas Biglia, en lo personal, la gran figura fue el representarivo en su conjunto.
Con un plan de juego inteligente y ejecutado a la perfección, la Selección se sacó de encima a un rival complicado en un escenario que ya lo vio ganar en otras ocasiones. No importó el juego de los cafeteros ni el clima adverso para poner en acción el plan. Equipo corto y presión alta fueron dos factores clave para obtener los tres puntos. Después, experiencia para manejar la ventaja y cuidar el físico. Con esta victoria la Selección logró una bocanada de aire fresco y se encaminó en su objetivo de llegar a la Copa del Mundo de Rusia, pero también le permitió a Gerardo Martino desactivar la bomba que había empezado su cuenta regresiva y que buscaba quedarse con su cabeza.
LOS NÚMERO DEL TATA
Fueron 20 partidos en la era Martino desde su debut el 3 de setiembre del año pasado ante Alemania en Dusseldorf. Con él, el seleccionado nacional consiguió 11 triunfos, 6 empates y 3 derrotas; acumulando 43 goles a favor y 15 en contra.
Como salvedad hay que remarcar que el conjunto nacional tuvo dos definiciones por penales durante la Copa América: triunfo 5-4 frente a Colombia en los cuartos de final en Viña del Mar y derrota 1-4 ante Chile en la final disputada en Santiago.
Artilleros. Sergio Agüero es el máximo goleador de esta etapa con 11 tantos, Lionel Messi con 7 y Ángel Di María con 5 completan el podio. La lista total de quince anotadores se cierra con Gonzalo Higuaín (4), Ezequiel Lavezzi (3), Ever Banega, Nicolás Gaitán y Javier Pastore (2), y con uno Cristian Ansaldi, Lucas Biglia, Ángel Correa, Federico Fernández, Erik Lamela, Federico Mancuello y Marcos Rojo.
Entre las particularidades que presenta este ciclo de Martino se destaca el hecho de no haber tenido un penal en contra sancionado ni tampoco que sufrió expulsiones, mientras que convirtió los cuatro que le sancionaron a favor (Messi ante Croacia, Agüero y Di María frente a Bolivia y la última, otra vez Messi, pero frente a Paraguay).
Con más minutos. El jugador con más presencias en el ciclo es ‘Fideo’ Di María con 18 partidos y tan sólo dos ausencias, mientras que Javier Mascherano disputó 17 y Sergio Romero 16. Sergio Agüero, en tanto, consiguió sus once goles en 13 apariciones y Lionel Messi pudo disputar tan sólo 12 encuentros del total de 20.