Representadas como ángeles asexuados, incapaces de tomar decisiones sobre su vida privada o de ejercer la maternidad, mujeres con discapacidad coincidieron en la necesidad de visibilizar los derechos sexuales y reproductivos que en muchas ocasiones le son negados, en las vísperas del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, 3 de diciembre.
"Las mujeres con discapacidad somos objeto de innumerables prejuicios, desde que somos siempre como niñas, que tenemos una sexualidad descontrolada, que toda relación con nosotras es una abuso, etc,", indicó Carolina Buceta, psicóloga e integrante de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI).
Carolina, quien quedó ciega durante su adolescencia, describió que "estos prejuicios se traducen en barreras concretas para acceder a los servicios de salud, por ejemplo, a la hora de hacer consultas médicas y ginecológicas, los profesionales no saben cómo interactuar y si vamos con acompañante le hablan a esta persona".
Y continuó: "Tampoco nos hacen las preguntas que deben hacer de rutina porque presuponen que no mantenemos relaciones sexuales, y no orientan en función a garantizar derechos como lo deberían hacer con toda la población, no sólo con nosotras".
Por su parte, Andrea Grassia -periodista y mujer con discapacidad-, describió barreras estructurales: "si bien la mayoría de los hospitales tienen rampa de acceso, una mujer en silla de ruedas no puede hacerse una mamografía porque este estudio exige estar parada, así como tampoco puede colocarse sola en una camilla porque no hay camillas regulables, la cartelería no está en Braille, al turno se llama sólo por voz, y así un sinfín de etcéteras".
Y siguió: "Lo mismo sucede con los anticonceptivos, por ejemplo, las pastillas tienen sus días de descanso con distinto color, lo que nos obliga a las mujeres ciegas a depender de consultar con otra persona; así como los preservativos no tienen fecha de vencimiento en Braille o en cógigo QR ni identificación de la marca".
Desde el punto de vista del Estado, Buceta sostuvo que "entre las demandas más urgentes se encuentra la necesidad de incorporar a las mujeres con discapacidad en las estadísticas y dar capacitación con perspectiva de derechos humanos, porque a las personas con discapacidad se nos piensa desde un lugar más asistencial que respetuoso de nuestros derechos".
Ambas aseguraron que "el Estado también debería promover la accesibilidad de servicios de salud sexual, ofreciendo camillas y mamógrafos accesibles, regulando el mercado de los anticonceptivos, y generando campañas accesibles en los distintos formatos".
Finalmente, coincidieron en la necesidad de la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en todas las escuelas, incluidas las de modalidad especial.
En octubre pasado, REDI lanzó la campaña #NosotrasTambiénGozamos, que buscó derribar estos mitos sobre la sexualidad de las mujeres con discapacidad, así como difundir sus derechos y visibilizar sus incumplimientos y violaciones sistemáticas.
La campaña es parte de un trabajo que la red viene realizando desde el junio con el lanzamiento de la plataforma virtual www.discapacidadyderechossexuales.org.ar, que ofrece información sobre cuáles son los derechos, así como los centros de salud que contemplan la accesibilidad a diferentes niveles y un foro de intercambio de experiencias.
Se estima que más de mil millones de personas en el mundo sufren algún tipo de discapacidad (una de cada siete); el 3 de diciembre fue elegido como el Día Internacional de Personas con Discapacidad en 1992 por las Naciones Unidas.