A cuatro años de su fallecimiento, Godoy Cruz preparó una serie de emotivos homenajes para el Morro García en el duelo ante Talleres de Córdoba.
El hincha de Godoy Cruz homenajeó al Morro
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Foto: Ramiro Gómez Foto:
El hincha de Godoy Cruz homenajeó al Morro
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El hincha de Godoy Cruz homenajeó al Morro
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El hincha de Godoy Cruz homenajeó al Morro
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Santiago García dejó una huella imborrable en Godoy Cruz, a fuerza de goles y de su capacidad de liderazgo en los momentos buenos y malos. A cuatro años de su partida, los homenajes para el Morro coparon el Víctor Antonio Legrotaglie, en el marco del encuentro del Expreso ante Talleres de Córdoba por la Liga Profesional.
En la previa, como es habitual, la figura del ídolo se hizo presente en las inmediaciones del estadio a través de camisetas con su número en la espalda, banderas con su cara, y las charlas que se tiñeron con sus hazañas y sus inolvidables actuaciones con la camiseta del Bodeguero.
Dentro del campo, los futbolistas del Expreso posaron para la habitual foto del equipo con una camiseta que tenía una foto del delantero uruguayo estampada. Dicha acción provocó los aplausos de la gente.
Pero sin dudas, lo más emotivo pasó a los 18 minutos del primer tiempo. Con el partido en juego, los hinchas comenzaron a cantar “Olé, olé, olé, Morro, Morro…”, al mismo tiempo que se elevaron carteles alegóricos al ídolo con la frase "Eterno 18". Al notar la situación, el árbitro Yael Falcón Pérez detuvo durante algunos segundos el encuentro para que los futbolistas se sumen con aplausos.
A cuatro años de su partida física, el hincha de Godoy Cruz demostró una vez más que el olvido no es una opción, y que siempre hay que tener presente a quien te hizo feliz. Morro, eterno.
La emoción también alcanzó al entrenador de Talleres de Córdoba, Alexander Medina. Es que el Cacique tenía una relación cercana y de confianza con su compatriota, por lo que no llamó la atención verlo con las lágrimas a flor de piel.
En su momento, luego de conocida la trágica noticia, el DT contó a TyC Sports: "El Morro tenía un tatuaje de un Cacique en la espalda en referencia mía. Fue un gran gesto de parte de él. Yo lo vi debutar cuando tenía 17 años, y lo llevaba todos los días a entrenar. Era un gran muchacho y una gran persona. Yo le tenía un cariño y un aprecio muy grande. Hablé cuatro o cinco días antes, no me había dado ninguna señal lamentablemente para que me pudiera dar cuenta que la estaba pasando mal”.